¿Se le puede pedir a la luna deseos?
A través de un tragaluz sucio,
Ella me mira fría y expectante.
Pareciera que emanara humos helados de su cuerpo tan distante.
Aquí arropada con mí cobija,
Que solo calma el frío de mi cuerpo,
No podría ver más allá que mi reflejo en la luna tan blanca y vacía.
Mis deseos se ven congelados con su penetrante mirada,
Erizando mi piel y huyendo de mis grandes esfuerzos de fe.
Una lágrima recorre ardida toda mi mejilla.
Derritiéndose en tan petrificado corazón,
Cuyas partes destrozadas fueron recogidas y calzadas por la luna.
La luna que conoció mi más cálido corazón.
