Incendio.

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Prefirió marchitarse.

El viento traía cenizas de la montaña más cercana.

Un incendio había provocado el forastero.

Todas las rosas quemó, disfrutó verlas deshacer.

Pero ella,

Ella quedó intacta.

Cubiertos de cenizas varios pétalos tenía.

Si se los quitaba ya no sería como ellas,

Las que él tanto amaba.

Dejó que le rozaran.

Pintar cada parte de ella, era su propósito.

Tal vez, quería quemarse, aferrarse a su incendio.

Tapada de negro quedó, y así, el nunca más la pudo ver.

Mi primera poesía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora