8. Abre los ojos.

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-¿Es difícil tu trabajo?- dijo Thomas tomando un sorbo del chocolate caliente que había preparado Kiara.

-No. Solo algunas veces cuando tienes que decir muchas cosas y tienes mucha audiencia. ¿El tuyo lo es?

-Es cansado a veces, pero lo amo, sin la música no se qué sería de mi vida.

-Yo no canto, pero si se bailar.

-¿En serio? -dijo Thomas incrédulo.

-¡Claro! En la escuela era muy buena.

-¿Y ahora que paso anciana?-río Thomas.

-Eres un infantil -dijo Kiara tirándole una almohada en la cara.

-¿Desde cuándo no has bailado?

-Desde que...desde que paso lo de Jared -dio un sorbo largo a su tasa a lo que Thomas se tenso.

-Bien pues hoy es tu día de suerte-

-¿Ah, sí?

-¡Sí! -le sonrió- hoy volverás a bailar.

-¿Y con quién?-

-Con el mejor bailarín de todos los tiempos-

-Michael Jackson está muerto Thomas.

-Con el no -le devolvió el golpe con la almohada-, conmigo -dijo Thomas decidido a lo que Kiara escupió gotas del chocolate caliente que tenía en la boca.

-¿Pero qué dices? -río- Estás loco Thomas.

-¿Por qué? ¿No quieres volver a bailar?

-Si pero no podemos. No tenemos música ni un lugar donde bailar.

-¡Yo conozco el lugar perfecto! -exclamo el moreno animado- Vamos, ahorita que ya esta anocheciendo lo han de estar cerrando. Pero el dueño es un gran amigo mío y me lo dejara para nosotros.

-¡Pero mañana empezamos con el trabajo Thomas! Tenemos que descansar.

-Solo será una hora, además apenas son las 7 -le miro a los ojos rogándole con la mirada.

-De acuerdo- suspiro ella.

-Vamos, te prometo que no te arrepentirás-la tomo de la mano y jalo hacia la puerta.

Ambos salieron de su departamento rumbo a un estudio de baile que Thomas conocía. Cuando llegaron las luces estaban apagadas y Nathan, amigo de Thomas y dueño del estudio, estaba saliendo.

-Espera aquí-ordeno a Kiara y salió del auto rumbo a su amigo.

-¿Thomas eres tú?-

-Nathan, es un placer volver a verte- lo abrazo.

-Hace tanto que no te veía, pero cuéntame que te trae por aquí-

-De hecho venia a pedirte un favor-

-Dime, ¿En qué te puedo ayudar?-

-Venia a pedirte prestado el estudio-

-Claro, con gusto. ¿Para cuándo lo vas a querer?-

-Hoy-río Thomas.

-¿Hoy?-

-Si hoy. Por favor. Dame las llaves y yo cerrare todo, te lo prometo, te dejare las llaves en la maceta de siempre-

-¿Pero, para que lo quieres hoy?- pregunto confundió su amigo.

-Es que, traigo a una amiga. Y ella no ha bailado en mucho tiempo, y está un poco triste, solo quiero que se olvide de sus problemas por un momento-

Citas InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora