9. Regla de Oro.

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-Olvida todo Kiara -le susurro mientras se aferraba más a ella. Ella respiraba agitadamente mientras intentaba controlarse.- Kiara -le dijo él en tono de suplica.

-¿S-si? -tartamudeo la chica.

-Jamás había notado que tienes unos ojos hermosos -le recogió un mechón que tenía en la cara, se acerco mas a solo unos centímetros de su boca, la música seguía sonando- Kiara, ya no puedo más. Quiero hacer algo.

-Thomas, no por favor -le dijo ella negando con la cabeza- recuerda el programa.

-Al diablo el programa.

-No, no me hagas esto por favor -contesto dando unos paso para atrás.

-¿Tú crees que esto es fácil para mí? Cada vez que te veo, cada vez que te siento, tengo ganas de protegerte de abrazarte, de ser todo lo que necesitas.

-Para, por favor. Para, Thomas -dijo ella con un nudo en la garganta.

-Dime que no quieres lo mismo.

-Por favor, no.

-Veme a los ojos y dime que no lo quieres -dijo tomándola de las manos- ¡Dimelo Kiara! -le exigió con desesperación. Ella se volteo y negó con la cabeza.

-Thom recuerda nuestro trabajo, no podemos. Tú tienes que estar con una de las quince.

-No Kiara yo no quiero estar con una de ellas. ¿No lo entiendes? Yo quiero estar contigo.

Ya no había vuelta atrás. Thomas había dicho las palabras perfectas, para que Kiara temblara y se le acelerara la respiración. Esto no era bueno, nada bueno. Se quedo callada por largo tiempo, mientras los ojos mieles de Thomas buscaban una respuesta en los ojos ocultos de Kiara.

-Solo estas confundido Thomas, solo eso -contesto fría- los dos pasamos por cosas muy difíciles, y solo somos amigos Thomas, solo amigos. Encontraras a alguien de las quince y volverás a ser feliz.

-No estoy confundido Kiara, yo sé lo que quiero.

-Por favor no lo hagas mas difícil. Solo olvida que esto pasó, ¿Quieres? Mañana tenemos trabajo que hacer.

-Se por lo que pasaste Kiara, pero por favor, lo único que te pido es que no olvides lo que paso.

-Es lo mejor para ambos.

-¿Para ambos? o ¿Para tu trabajo?

Ella se acerco a él y le miro a los ojos. El estaba serio, la tristeza y el enojo en su mirada se desprendía fácil. Kiara sabía lo que pasaría si le decía que le quería mucho. ¿Pero amarlo? No, ella no lo amaba, aun que si lo deseaba. Después de haber amado a Jared, como a ninguna otra persona y que este le haya hecho semejante atrocidad, ella misma ya no se permitía amar a alguien. Pero, Siempre se podría recuperar la confianza con alguien, ¿Cierto?

-Vamos Thomas, ya es tarde, tenemos que irnos -dijo ella dando vuelta rumbo a la puerta, y este le siguió enojado.

Había sentido cosas con ella que jamás había sentido ni con Hailey, ni con otra chica. Se preguntaba si Kiara tenía razón acerca de "estar con confundido."

Todo el camino estuvo en silencio. No un silencio incomodo, si no un silencio triste; como si quisieran gritarse el uno al otro lo que sentían pero...no podían. Llegaron a su departamento cuando el reloj marcaba las 10.35 de la noche.

-Te agradezco mucho lo que has hecho por mi -dijo ella viendo por la ventana, ni siquiera tenía agallas para verle a la cara. "Cobarde" pensó Thomas enfadado. Pero esto no se quedaría así. Iba a abrir la puerta Kiara, cuando Thomas puso seguro.

-¿Ya ni si quiera me veras a los ojos?

-¿Me dejas salir, Thomas? -dijo ella aun sin verlo.

-Veme primero -le ordeno Thomas.

Kiara apretó los labios y volteo a verlo. Thomas se había enojado, no por el hecho de que ella no lo veía, si no porque sabía que con ella, que con solo haber bailando un pieza con ella, ya lo hacía sentir diferente, seguro, sin preocupaciones, pero, la parte donde se molestaba era cuando sabía que Kiara tenía razón. El tenía que estar con una de las quince. Esto no se quedaría así, tenía que hacer le ver a Kiara lo que trataba de negar.

-He olvidado mi cartera en tu departamento -mintió- ¿Puedo acompañarte para tomarla?-

Kiara lo miro por unos segundos.

-Vamos rápido- contesto ella nerviosa. Ya enfrente de la puerta, Thomas entro primero al departamento, mientras ella cerraba la puerta, giro y se lo encontró con el...cara a cara.

-Ve a buscar tu cartera Thomas.

-La cartera la tengo en mi bolsillo.

-¿Qué? -dijo ella enfadada.

-Si jamás seremos algo por lo menos permíteme hacer algo, que te prometo no te dañara- dijo acorralando la contra la puerta con sus brazos.

-Thomas, no...- contesto ella, pero ya había sido tarde, sus labios ya la habían callado.

Tiara ya no tenía salida, todo se le había olvidado. El beso era lento y educado, Thomas no quería incomodarla, después de lo que le había pasado. Kiara por su parte, recordaba en su mente momentos con su mayor pesadilla, pero había algo; algo más fuerte que todas sus pesadillas y sus miedos, algo que provocaba no alejarse de los labios del rubio. Los dos estaban totalmente perdidos entre besos y caricias. Sus respiraciones estaban ahora agitadas, a ambos les faltaba el aire, pero no querían despegarse ni un solo centímetro de ellos mismos.

-Oh Kiara, que me has hecho- dijo él con la voz agitada a lo que ella no dijo nada y se aferro más a él; sus besos se habían convertido en su perdición.

Sin pensarlo, Thomas iba bajando lentamente por su cara, hasta llegar a su cuello. Horribles recuerdos llegaron a la mente de Kiara y reacciono. Cerró los ojos con fuerza. La pesadilla estaba ganando.

-No Thomas, lo siento. No puedo -dijo ella viéndolo triste escapando de los besos de Thomas.

-Perdóname ____, fue mi culpa.

-Fue mi culpa por haber te permitido besarme. Ni siquiera recordamos el programa.

-Perdón si te lastime- la miro y esta le dio una sonrisa forzada.

-No me has hecho daño, es solo, ya sabes...Jared.

-Lo entiendo, te prometo que te ayudare a superarlo. Sabes, espero que no te incomode lo que te diré, sé que no es el momento indicado para decirlo, pero...para ser nuestro primer y último beso fue increíble. Jamás lo olvidare- contesto poniéndose su chaqueta-Te pido una disculpa nuevamente y te agradezco que me hayas dado la oportunidad de besarte. Adiós- se despidió caballerosamente dándole un beso en la mejilla. Sin decir más salió de su departamento. El sabía perfectamente que no podía estar más tiempo solo con ella. Tenía que escapar de ahí.

-¿Pero qué he hecho?- dijo Kiara tapándose la cara con sus manos.

Había sido tan lindo, al disculparse por algo que ella disfruto mientras pudo. Tiara estaba metida en un problema: sabía que si él seguía así, ganaría su confianza, al ganarse su confianza ganaría su amor...pero al ganar su amor, ella saldría perdiendo al verlo dentro de tres meses con una de las quince, una chica que no sería ella. La nueva regla de oro, de Kiara: No enamorarse de Thomas.

Citas InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora