3

22 3 0
                                    

4:30 Am, esa fue la última vez que vi el reloj.

Nisiquera recuerdo en que momento fue que me quede dormida.

Ana dormía en el otro lado del sofá, todo estaba hecho un desastre, eran las 8:00 am, si, no era alguien que durmiera mucho.

Recogí las sobras de frituras del día anterior, sodas y caramelos. Ana era una chica bastante delgada, así que la cargue y la lleve hasta la pequeña habitación en la planta baja, era una de las pocas personas que disfrutaba de levantarse temprano, no tardaría en despertar.

Me puse la pijama para que los vecinos no perdieran el consepto de que soy una persona floja, y subi a la azotea a fumar un cigarrillo.

A Ana no le gustaba que yo fumara, el tiempo era oro mientras ella dormía.

Los días aún eran nublados. Algunos salían a ejercitarse, otros caminaban al trabajo, incluso algunos hacían jardinería.

La gente sale y vive, sin importar como o porque.

Sin embargo, también existían las personas como yo, en ese momento no podía verlas, porque de seguro estaban dentro de sus casa bebiendo café o fumando en azoteas, esas personas que no vivían el "cómo" porque todavía estaban buscando el "porqué".

Al menos eso quería creer.

Al entrar a la casa se podía sentir esa clase de calor de hogar que tienen las familias felices, era Ana, haciendo el desayuno; Siempre que ella estaba aquí se sentía algo, para personas como yo que no estábamos acostumbradas a algo así podría llegar a ser una sensación bastante... Extraña.

-Café y huevos revueltos. -Dijo Ana mientras señalaba un plato sobre la mesa.

-Gracias.

-¿Te importa si levantó las cortinas?, aquí esta muy obscuro.

-Puedes prender la luz.

-No veo porque desperdiciar la luz del día, vamos Lisa, tienes una vista hermosa desde aquí.

-No es verdad, estamos en plena ciudad, no hay paisaje para admirar.

-Yo no hablo del paisaje, tu vecino de enfrente no esta nada mal. ¿Te haz dado el tiempo para ver a otras personas desde que Daniel se fue?.

-No. No y tampoco tengo pensado hacerlo.

-Deberías... Saldré a hacer unas compras en un rato, ¿Quieres venir?.

-No, también tengo algunas cosas que hacer.

-Como quieras.

------

En realidad no tenía pensado salir, sólo quería meditar las cosas un rato.

Los últimos días me he sentido muy mal, nada fuera de lo normal, pero esta vez, todo se siente tan seco... Es decir, se siente como si hubiera despierdiciado mi vida, como si ya no hubiera un "¿Por qué?" o "¿Para qué?", como si ya hubiera vivido todo lo que tenía que vivir.

Además, todo había sido tan difícil desde que Daniel se fue...

Yo confíe en el, como nunca había confiado en nadie, yo lo ame como nunca había amado, el era todo lo que yo siempre deseé, lo que siempre soñé, ni un poco más ni un poco menos. Las personas suelen decir que pareciera que el sol se asoma por mis ojos cuando hablo sobre él, sobre nosotros, podría hablar de él por horas, días semanas, siempre; De lo maravilloso que es y todo lo que vivimos juntos, siempre tuvimos un relación demasiado intensa, escucho personas mayores a mi, personas que hablaban sobre el amor de su vida, acerca de la persona que vino y cambió su vida para siempre y yo sé exactamente de lo que hablan, de como se siente. La química era tanta que podía sentir algo "electrizante" cuando nos tomabas las manos, era algo que jamas podría describir, algo que me daba paz, algo que sentía recorrer por cada centímetro de mi ser, aun que todo mi mundo estuviera derrumbándose y los problemas aparecieran de 3 en 3, yo estaba bien estando con él, sólo con él. Pero así, sin ninguna razón, él se fue...

Dejando el más grande de los vacíos en mi.

Para mi era real.

Al parecer para él no lo fue.

Realmente lo extraño, lo quiero de vuelta, quiero buscarlo y pedirle que vuelva y nunca se vaya de nuevo.

Pero no siempre lo que queremos es lo que necesitamos.

What is life?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora