-Buenas tardes- dijo Martha
-Hola, ¿En que la puedo ayudar- contestó una mujer muy atractiva y delgada, rubia y blanca.
-quisiera eh, inscribirme y formar parte del grupo en el gimnasio.-
-Excelente- dijo con ánimos la chica rubia
-¿y que voy a hacer?- preguntó
-Lo principal es, le daremos una dieta balanceada, le enseñaran a poder hacer excelentes ejercicios para que pueda adelgazar- y la chica le sonrió.
-Muy bien, aqui esta mi mensualidad-dijo Martha
la chica le sonrió mostrando sus dientes perfectos.
-¿Y cuando empiezo Srita.?-
-Cuando usted deseé-
-¿Enserio?- dudó Martha
-Si claro-
Martha quería empezar pero lo quiso pensar para no dejar solo al pobre de Steve
-Cual es tú nombre-
-Martha Joan Alonzo de Rodriguez-
-Muy bien, ahora diga su nombre aqui-
Y le puso una máquina conocedora de voz.
-"Su nombre"- dijo la máquina con un tono robótico.
-Martha Alonzo- dijo ella
La máquina guardó el nombre, y ese gimnasio era mejor que sport Gym ese estaba más a la "moda" y más futurístico pero lo que le hacia falta eran máquinas, ya que este recién acababa de abrir.
-Creó que mejor regresaré señorita-
-Muy bien- sonrió la chica amablemente.-¿Y tú eres la máquina maldita?- se
Dirigió George a la máquina, en el sótano de su casa estaba sólo él y la máquina.
-¿Porque lo has hecho?- seguía preguntando.
El hombre era un poco desquiciado, le paso por la mente que se miraría estúpido hablándole a la caminadora, pero presentía que ella ocultaba algo, aunque hablaba con la caminadora incorrecta.-¡Mamá!-gritó Steve, pero no había despertado, sino que se encontraba en otra pesadilla.
Steve se encontraba caminando en un cuarto totalmente oscuro, él tenía puesto un short y caminaba descalzo, no poseía una camisa
-¡mamá!- gritaba, hasta que se encontró con la caminadora, entonces Steve se puso enfrente de ella y la caminadora comenzó a lanzarle hojas con una máquina fotocopiadora, pero cuando las hojas caían chorros de sangre salpicaban alrededor de la densa oscuridad, la plancha de la caminadora se movía y tiraba las hojas y en todos los demás lados caía la sangre, steve intentaba tomar una hoja, pero no podía. Entonces intento salir corriendo pero la sangre que estaba en el piso lo atrapó y la máquina comenzó a tirar chorros de sangre
-¡Mamá! ¡Ayúdame!- gritaba el chico mientras que la sangre le caía encima. Steve se pudo liberar y una nota salió volando el la tomó mientras que la sangre caía de los lados de la máquina, al leerla decía "Cuida a nuestro hijo" y luego al darle la vuelta decía " Estimado Paciente:
Según el estudio médico que se le ha hecho, se confirma que el estado de cáncer en el estómago esta activo, y que solo le quedan 2 semanas de vida, el estudio revela que no hay cura por el estado avanzado que tiene."
Steve quedó perplejo y pudo escuchar que una voz infernal que salia de la caminadora le dijo
"Busca debajo del colchón de tu madre"
Steve cayó con nota en mano y al caer toda la sangre lo cubrió y despertó.
-¡Steve! ¡Despierta!- le dijo Martha
-¡Mamá!- dijo sorprendido, se levantó y empezó a ver si tenía sangre.
-¿Hijo que te sucede?-
Steve pensó en decirle a su madre el sueño que acababa de tener, pero decidió callarse.
-Nada mamá, sólo qué... Sentí una cucaracha en mi cuerpo
-Ya ves porque te digo que ordenes tu habitación- espetó Martha
-Si mamá tienes razón, ahora en adelante lo ordenaré-
Hubo un momento de silencio.
-Adivina qué Steve-
-¿qué?-
-Ya estoy inscrita en el gimnasio, hoy en la noche comenzaré a ir, me siento tan feliz-
Steve no escucho a su madre, el seguía pensando en su sueño y en lo que la máquina le había dicho y lo peor las notas.
-¿Que piensas Terroncito?-
Steve se quedó ido.
-¡STEVE!- le gritó Martha juntó con una palmada en su pierna.
Steve reaccionó.
-Si ajá muy bien- mencionó
Martha fruncio el ceño.
-Esta bien, hay bajas a desayunar- dijo Martha. Y cerró la puerta de su habitación.
Steve no había escuchado a su madre y estaba sorprendido.-¿Qué fue lo que en realidad sucedió Oscar?- preguntó el Mayor Otto.
-Sólo recuerdo que esa cosa, no soltaba el brazo del hombre-
Dijo el alguacil Conrad, con desánimo y aterrorizado.
-muy bien- dijo el Mayor Otto.
El alguacil Conrad en sus años de experiencia no había pasado y nunca pensó en pasar por eso, el hombre quería retirarse de ser un oficial, pero en realidad se sentía culpable por perdida del brazo de su amigo.
-¿Y Charlie cómo siguió?-
Conrad no le quería responder pero aún así le dijo,
-Charlie... Esta sedado, ya que los nervios se le alteraron-
-Muy bien Oscar, te puedes retirar- prosiguió el Mayor Otto.
Oscar se levantó y se salió de la habitación, el hombre iba con lágrimas en los ojos y salió del departamento de policías, se subió al auto para no volver.

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GYM
De TodoEl gimnasio es ideal para bajar de peso e importante para los fisiculturistas y los atletas. Pero a veces el gimnasio se puede convertir en algo verdaderamente aterrador.