* 2

53 4 0
                                    


2


Estoy nerviosa, tengo miedo e incluso en estos instantes necesito a mi madre. No recono- zco el lugar, aunque tengo que admitir que es muy bonito, pero ¡Quiero regresar a casa!. Me levanto, camino un buen rato sin saber cual es mi objetivo. Estoy en un tipo bosque, ni si quiera veo casas.

Acto seguido, logro ver que una anciana, se aproxima. Esta persona talvez sea mi salvación.

- Disculpe, usted ¿ Me puede ayudar a ....

- ¡ Largo de mi VISTAA!

- explota la anciana.

Acto seguido, ella empieza a desagradarse y perforarse, cuando los rayos del sol entran por unos agujeros de los árboles, como si le afectara.

Reacciono al instante, corro todo lo posible y a la vez chillo, sin saber a donde voy. Por un momento me canso y decido parar. Me quedo varada, con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar.

Mi cerebro no reacciona, intento pensar en otra cosa, pero no puedo. Simplemente me imagino a la anciana, toda llena de gusanos y pus.

Finalmente me calmo, y vuelve a mi cabeza la forma de encontrar una salida de llegar a casa. Hecho de menos a mi madre e incluso a Stacy mi amiga, esa voz burlona y fastidiante.

En fin, sigo caminando, y logro ver una pequeña cabaña, vieja y fea. « Es mi salvación » - pensé.

Toco la puerta, y sale una familia: rubios, pelo rizados ( al igual que yo ), ojos celestes, piel blanca y desareglados.

- ¡ Hola pequeña petunia!, ¿ Qué haces tan sola por aqui?

- me pregunta la madre, con voz dulce y agradable.

- Me eh perdido, y necesito que alguien me ayude a ubicar mi casa - digo con voz apagada.

- Nosotros no sabemos mucho de ubicaciones, pero si quieres puedes quedarte un tiempo aqui, mientras encuentras tu casa - añade el padre. No lose, nunca eh estado con desconocidos y mucho menos que me inviten a quedarme un tiempo en su casa. Haci que hago una pausa.

- ......

- Muchas gracias, acepto su oferta - digo con voz irónica.

Son muy amables, incluso su hijo mayor dormirá en el suelo, con el propósito de que yo me en su recámara. Cuando oigo que la madre grita para que todos vayamos a comer, se me hace agua la boca con oler el olor de sopa. Acto seguido, veo que no es sopa, si no, ¡ Ancas de rana !. Esta comida me desagrada, con tan solo verla me causa náuseas.

- Disculpanos querida, pero nuestra economía no va tan bien que digamos y no nos alcanza para tanto - me dice la madre.

- No se disculpen, yo soy una molestia y mejor no debería comer - digo, para hacer un pretexto.

- No, claro que no, es un regalo de la casa, ¡ Vamos comer! - interrumpe el padre. Lo pienso, pero no quiero parecer arrogante y mala, haci que acepto el plato de comida. Me siento, agarro los cubiertos y comienzo a comer la comida.

- Y..., ¿ Cómo te llamas querida?- me pregunta la madre.

- Elizabeth Stone - digo, mientras veo como todos se devoran la comida.

- ¿ Cuántos años tienes? - me dice ella.

- Ammm..., 18 - digo.

- ¡ Que casualidad !, Evan tiene la misma edad - interviene el padre.

Evan es el hijo mayor, pelo rubio, lacio ( el es el único lacio ), ojos azules, piel blanca y es muy amable.

- Si claro - contesto.
- Y..., ¿ Cómo se llama el mediano? - digo con una sonrisa.

EL PORTAL DE LA MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora