Reinaba el silencio en las calles de mi barrio. Claro, era viernes de teatro, mi padre y mi hermana habían ido, pero decidí quedarme en la casa. Nunca me gustó el teatro, siempre la misma historia: la damisela secuestrada era rescatada por un caballero. Prefería mirar la ciudad desierta el viernes por la noche y compararla con el sábado en la mañana.Estaba sola vagando en la plaza —suponía mi soledad—, así que decidí hacer lo que no podría hacer cuando me vieran. Ésta vez se me ocurrió subir a un tejado. Apoyé mi pié en el marco de la ventana, para luego apoyar el otro en la parte de arriba, me afirmé con las manos por el tejado y subí la primera pierna. Estuve sentada un momento —cinco minutos quizá— y con cuidado, me paré. Se veía toda la ciudad. La Iglesia, las fuentes de la plaza, las casas, todo. Bajé con confianza. Nunca solía hacer cosas así, por eso sigilosamente seguí caminando.
Al otro lado de la plaza había alguien en las mismas que yo: caminando sin rumbo en plena noche; se dió cuenta de que lo miraba y se detuvo, me miró de vuelta y se marchó corriendo. Que extraño. Decidí seguirlo, me gusta averiguar cosas nuevas, al rato dobló a una esquina, a la que yo recordaba ser un callejón sin salida al que iban a beber los trabajadores. Supuse que entraría a la taberna, pero siguió de largo, al llegar al muro, trepó y al llegar a la cima saltó al otro lado. ¿Debía seguirlo o quedarme allí?, seguirlo, sin duda. Traté de trepar, pero la primera vez había sido esta noche en esa casa, así que sería dificil. Dí la vuelta por la manzana corriendo rápido, como de costumbre, y luego me subí a otro tejado, esta vez más rápido y miré desde arriba. Nada.
Volví a mi casa, subí las escaleras y me acosté en la cama de mi habitación, debía hacerme la dormida y volver la próxima noche.
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Merida: Historia de una guerrera.
AdventureMérida es una chica que cree que las mujeres pueden hacer más que casarse y lavar la ropa. Queriendo luchar de pequeña en el ejército de su padre, se unió a una sociedad secreta que lucharía en la guerra entre dos reinos. Pero más cosas sucedieron e...