Atrapados

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La jornada de clases ya había terminado en el instituto 'Sweet Amoris', los alumnos recogían sus libros, libretas, etc. para poder marcharse a casa, algunos debían quedarse ayudando a su club o haciendo papeleo como es el caso de Nathaniel, delegado del instituto.

Este se encontraba buscando a Castiel para que firmara otro justificante por ausencia, ya que el día anterior había faltado otra vez a clase.

-¡Al fin te encuentro!-exclamó cuando lo vio recoger algunas cosas de su taquilla, el pelirrojo simplemente gruñó.

-¿Qué coño quieres ahora?

-Has vuelto a faltar a clase, otra vez-le dijo-, debes firmar el justificante.

-Ni hablar, yo no firmo nada. A saber qué es lo que quieres hacer con mi firma.

-Te he dicho que es para el justificante y si no lo firmas... ten por seguro que te vas a enterar porque conseguiré que te expulsen, ¿de acuerdo?

-¡Uy! ¡Qué miedo medas! ¡Vete a la mierda!-contestó para luego darse la vuelta para marcharse.

-¡Castiel! ¡Madura de una puñetera vez, joder!-dijo agarrándole del brazo para impedirle que saliera.

-¿Quieres que te de una buena paliza? ¿Verdad?-se dio la vuelta y agarró a Nathaniel por el cuello de la camisa. Escucharon los pasos de la directora aproximándose.

-¡Vosotros dos! ¿¡Otra vez peleando!?-gritó enfadada. Castiel soltó la camisa del rubio.

-Señora, puedo explicarlo. Castiel ha faltado nuevamente a clase, tan solo le pedí que firmara un justificante-intentó excusarse el delegado.

-¡Eso no es una razón para pelearse de esa forma!-él bufó.

-Digamos que paso de firmar nada...

-Dejen de pelearse como críos. Si escucho un solo grito más llamaré a sus casas, ¿de acuerdo?

-Sí, directora-contestó solo Nathaniel. La directora salió del instituto, seguramente tendría papeleo que hacer fuera.

-Si tan poco confías en mí acompáñame a dejar el justificante en su sitio-musitó.

-Joder. Mira que eres pesado-dijo volviendo a dejar sus cosas en la taquilla y siguiendo al delegado hasta llegar a la puerta. Nathaniel cogió su llave y abrió, luego entró, dejando la llave en la puerta.

-Aquí es donde se guardan-le mostró una estantería.

-¿Dónde tengo que firmar para que me dejes ya en paz?-gruñó.

-Toma, es este el justificante-Castiel tomó un bolígrafo y lo firmó. Nathaniel le estaba observando para ver si ponía todo correctamente.

De repente escucharon la puerta cerrarse y la llave girar desde fuera.

-¡Uy! ¡Lástima,hermanito! ¡Hoy llegarás tarde a casa por haberme robado el móvil!

-¡Ámber! ¡Deja de comportarte así! ¡Ya te dije que no es mi culpa que hayas perdido tu teléfono!-le grita Nathaniel desde dentro de la sala.

-¡Estoy segura de que lo tienes tú! ¡Así que hasta que no lo confieses no saldrás de ahí!-contestó.

Luego oyeron los pasos de la chica alejarse.

-Mierda-musitó Nathaniel desde la puerta.

-¡Genial, mira lo que nos ha hecho tu querida hermanita!-dijo sarcásticamente el pelirrojo-¡Seguro que lo tenías planeado!

-¿Cómo crees que voy a querer quedarme encerrado aquí contigo? No seas absurdo-contesta-.Fue idea de ella, cree que le he robado el móvil y quiere hacerme llegar más tarde a casa para que mi padre me castigue... Siempre es así.

Una NO historia de amor [Corazón de melón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora