Calidez (Especial)

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Alexy se encontraba cómodo. Sentía la cálidez y respiración pausada del chico militar cerca y eso le encantaba. Abrió los ojos levemente y observó a Kentin profundamente dormido. Le dio un beso en la mejilla para que despertara, él abrió los ojos aun medio-dormido y suspiró.

—Buenos días...—musitó y se estiró un poco, soltando así el abrazo.

—Buenos días—respondió con una sonrisa.

—¿Dormiste bien?

—Sí—contestó riendo.

—No me apetece para nada moverme—dijo volviendo a abrazar a Alexy. El chico de cabellos azules sonrió y se acercó al chico de forma que su nariz rozara la del otro. Kentin se acercó y lo besó en los labios con delicadeza, poco después se separó.

—¿Qué hora es?—le preguntó Alexy.

—Diez y cinco, ¿tienes prisa?

—No lo sé, Armin estaba con Lysandro y podría enfadarse si llego muy tarde...—contestó acomodándose sobre el chico.

—Probablemente ellos querrán estar solos—susurró el chico militar abrazándolo.

—Sí, pero no sé a que hora se irá Lys y...—él lo interrumpió.

—Déjalos, no vayas a interrumpirlos ahora—dijo suavemente antes de besar el pelo de Alexy.

—Lo que quieres es que me quede—musitó.

—Pues claro—sonrió—¿Vamos a desayunar?

—¿No era que no querías moverte?

—Y no quiero, pero a lo mejor tienes hambre.

—Un poco—respondió sin haberlo soltado.

—Entonces levántate, así no puedo moverme—dijo acariciando la espalda del chico de cabellos azules.

—Pero estoy muy cómodo...—refunfuñó desilusionado.

—Venga, luego...—fue interrumpido por el beso que le plantó Alexy en los labios. Sonrió y le correspondió, no duró mucho ya que poco después se separaron.

—Estoy cómodo—repitió. Kentin rió.

—Venga, levántate. Vamos a comer—insistió el chico militar.

—No, yo quiero quedarme aquí—y se aferró aun más al muchacho.

—Vamos—susurró en su oído y comenzando a darle leves besos en el cuello mientras colaba sus manos dentro de la camisa que llevaba puesta Alexy.

—Así haces que tenga más ganas de quedarme—suspiró.

—De acuerdo, quedémonos aquí—murmuró antes de besar de nuevo al chico en los labios, pero esta vez con más impaciencia, recorriendo cada centímetro de su boca. Giró sobre el cuerpo del chico, colocándose ahora él encima del otro y se separó.

—¡Ja!, ahora soy libre—dijo antes de levantarse y echar a correr.

—¡Eh! ¡Tramposo!—exclamó desde la cama riendo, suspiró antes de ir tras él. Lo buscó en la cocina pero no lo encontró allí, se giró para ir a ver en el baño pero entonces él mismo le sorprendió.

—¡Me has asustado!—Kentin rió.

—Lo siento, no era mi intención—contestó con una sonrisa, Alexy se sentó en una silla del comedor—Tengo ensalada de frutas, ¿quieres?

Él asintió. Kentin trajo un bol con el desayuno y se sentó frente a él. Ambos comenzaron a comer.

Unos minutos más tarde ya los dos terminaron el desayuno y en ese momento estaban tumbados en el sofá.

—Kentin...—musitó.

—¿Eh?

—Hay un exámen cerca, deberíamos estudiar...—dijo siendo abrazado por el otro.

—No tengo ganas y menos estando así contigo—contestó plantándole un beso en la clavícula.

Alexy sonrió y se acomodó entre los brazos del chico, realmente estaba muy feliz.

Desde aquel día habían transcurrido otros dos y ese día debían ir al instituto. Alexy se encontraba charlando ánimadamente con Rosalya en el pasillo cuando distinguió la silueta de Kentin entrar.

—Por eso le dije a...¿Alexy? ¿Me estás escuchando?—preguntó al ver que la atención del muchacho no estaba en ella si no en el chico militar—¡Alexy!

—Ah, sí. Perdona, Rosa—dijo algo avergonzado pero con una sonrisa en la cara. En ese instante Kentin pasó por al lado de ambos.

—¡Hola, Rosa, Alexy!—saludó con una sonrisa para luego dirigirse a su taquilla.

—Hola—contestaron al unísono, el chico de cabellos azules continuaba observando a Kentin.

—¿Hay algo que no me has contado? ¿Eh, Alexy?—dijo dándole un codazo.

—Esto...—musitó ruborizado—Sí hay algo, pero... ahora no...

Kentin volvió donde se encontraban ambos.

—¿No ha llegado nadie más aún?—preguntó.

—Sí, Nathaniel está en la sala de delegados, creo que entró con alguien pero no estoy segura. ¡Ah! También vi a Kim en el patio hace un rato—contestó la chica.

El moreno asintió, luego dirigió la mirada a Alexy.

—Chicos si me disculpáis tengo que hablar con Nathaniel—dijo dirigiéndose a la sala de delegados y entrando.

Cuando escuchó la puerta cerrarse, Kentin se inclinó levemente hacia adelante, plantándole un muy corto beso en los labios.

—Estamos en el instituto...—musitó Alexy.

—Lo sé—respondió—Oye... quería decirte algo.

—¿Qué?

—No quiero que... bueno, no es que no quiera, es que es muy pronto para hacer público lo nuestro y...

—Ya, lo entiendo.

—Necesito un poco de tiempo para hacerme la idea de que la gente va a saberlo y también...

—Sigues teniendo dudas—completó Alexy.

—No es eso, ya te lo dije el otro día—él suspiró.

—De acuerdo, nadie sabrá nada—contestó. Kentin miró a su alrededor para asegurarse de que no había nadie más en el pasillo antes de responder.

—Gracias, eres el mejor—dijo volviendo a plantarle un corto beso en los labios, en el mismo momento en el que ellos juntaron sus labios la puerta de la sala de delegados se abrió. Ambos se separaron rápidamente.

—Eh... Lo siento, chicos. No quise interrumpir—se disculpó—Siempre llego en el momento más indicado—musitó para sí.

—No...yo lo siento...—dijo Kentin avergonzado—Rosa... ¿podrías...no decir nada sobre... lo que viste?

—Claro, no hay problema. No diré nada.

De pronto escucharon la voz de Peggy en el pasillo también.

—¿Decir qué?—preguntó ''inocentemente''.

—¡NADA!—exclamaron tratando de escapar.

—¡Pero debo saberlo!

—¡Que no es nada, Peggy!—repitieron intentando huir. Como siempre, ella tan cotilla...

Una NO historia de amor [Corazón de melón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora