Notes - My phone

Ah...

" - ¿Mamá? ¿Porqué nuestra familia es así? Miranos... Tu, papá, yo y hermana... Todos hemos tenido depresión.
- Talvez sea porqué nos enrollamos demasiado. Deberiamos satisfacernos con lo que tenemos.
- ¿Solo eso?
- Y no acongojarnos con lo que nos falta.
- Y mamá... Si...
- ¿Si qué pequeña?
- ¿Si lo que nos falta... Es vida?"

La veía frente a mis ojos como una hoja recién caída del arbol. Veía como su alegría, antaño su casi religión, se volvía nostalgia. Veía como el lugar dónde la mandaban la devolvía peor de como la iba. Con marcas. En el alma, díficiles de borrar. Veía la impotencia en mis manos. Veía su cara marchita, y su derepente felicidad, resultaba efímera. Veía su ser, en todo su esplendor, demacrado. Veía las marcas en sus muñecas. Camufladas por un chaleco que para mí era invisible. Pero para el resto no. Para el resto... Ese era el problema. El resto. A ella, la soledad la mataba y la compañia la torturaba. ¿Qué no tenía sentido? Claro que lo tenía. Porque la soledad era su enemiga mortal, y que aunque esté con gente, nuestra desquiciada soledad seguía presente. Nadie le hablaba, nadie le respondía. Y quién lo hacía, lo hacía debíl. Y quien creía apreciar, era superficial. Nada que llegara al corazón. La chiquita que antes gritaba su opinión, era entonces un mujer reservada. No tenía rencor, tenía pena.
Al final... Se quizo venir conmigo. Que mejor... ¿Qué compartir la muerte juntas?