Capitulo 17.
Me levanté temprano y me fui a asearme.
Ayer estuve toda la noche pensando en el beso que Evans me dio. Aunque siendo sincera no sabía qué hacer.
Fue...el mejor beso que he probado en toda mi vida Aunque ese fue el primer beso que probé.
Yo quería que mi primer beso sea como en las películas. Sentada debajo de un árbol, que nos miremos, que me toque la mejilla con la mano o que ponga un mechón de cabello detrás de mi oreja y que luego todo pase en cámara lenta; Sin embargo fue diferente Diferentemente único.
La forma en la que me agarraba de la cintura y me sostenía de la cabeza, sólo con ese simple gesto me hizo sentir segura a su lado.
Lo más gracioso es que yo iba a detener el beso, pero una parte de mí me dijo que si lo hacía tal vez me arrepienta y que ya era hora de que pasara Aunque fuera temprano aún para eso. Aunque pasé 17 años sin haber probado un beso, y me arrepiento. El sentir los labios de una persona a la que quieres es increíble.
Fui a la cocina y mi madre se encontraba allí.
- Hola mami- saludé pasandome a su lado y la abrase.
- Hola mi amor- Dijo mi padre entrando a la cocina - Tessa.
- Hola- Dije- Me voy a la escuela.
- Esta bien, preguntale a Evans si quisiera venir a comer hoy con nosotros- Dice mi madre con una sonrisa.
- Si, esta bien.
Salgo de la casa, abro el portón y lo tranco.
Tal vez esta es la parte en la que debo ponerme mis audífonos y cantar una canción. Y eso mismo hize.
Cantaba una de las canciones de mi reproductor de música *Pueden imaginarse (O escuchar) la canción que más le gusta*.
Visualice una figura de alguien que estaba de espalda y me era conocido, mas no le tomé importancia.
Seguía mirando a ese chico, y allí fue cuando corrí hasta él.
- Seba- Grité y me lancé a él en su espalda.
Éste comenzó a reír.
- Hey, si que me extrañaste- Dice. Me bajo de su espalda- ¿Cómo has estado?
- Bien ¿y tú? ¿Qué tal?- Pregunto.
Llegamos al instituto y me dijo que tenia que verse con alguien después de clases, encima dijo que se trataba de una mujer.
***
- Tessa, Tessa, quiero jugar- Me dice la pequeña Alana.
- Está bien ¿Qué quieres jugar?
- Mmm...- Pone una mano en su mandíbula como pensando aunque sabia que ya tenía la respuesta hace bastante tiempo- A que tú eres oculista y yo soy tu paciente.
- Está bien. Empecemos.
Ella salió de mi habitación y cerró la puerta, segundos después, alguien toca.
"Toc, Toc, Toc" Suena la puerta.
- Pase- Digo.
Sé que es Alana.
- Buenos días doctora, venía a hacerme una revisión, ya sabe, no quiero sorpresas.
- Oh, señorita Warweson, tome asiento y empezaremos con los ejercicios.
