Al Estilo De Disney Channel [Corey Fogelmanis y tú]

Capítulo 1

_____ POV:

¡RING, RING!

La gente pensaría que el ¡RING, RING! del despertador es una calumnia, pero hoy para mí es el sonido más hermoso en la mañana ¿Porque? Simple: ¡ÚLTIMO DÍA DE CLASES, PERRAS!

—_____, cariño. —Dijo mi madre desde la planta baja—. ¡Ya está listo el desayuno!

—¡Si, aja, soy feliz como una lombriz! ­­­—Cantaba y hacía un baile extraño con mis manos.

Me encamine hacia el baño, hice mis necesidades, me duché, me puse el uniforme y bajé hacia la cocina.

—Buenos días, mami —Le di un beso en la mejilla—. ¿Qué vamos a desayunar hoy?

—Estas de buen humor, ¿eh?

—¿Que no es obvio —Pregunté retóricamente—. Hoy es el último día de clases... ¡Estoy más feliz el Rubius cuando recibió su primer Cómic! ¡Ezto ez flipanthe! —imité, muy mal, el acento español. Mi madre rio.

—Esto te va a poner más "flipante" —Me extendió unos papelitos, los cuales tomé.

—¿Qué es eso mamá?

—Eso es tu pasaporte, tu boleto de avión y la visa —Dijo sonriente. Fruncí el ceño, observando los papeles en mis manos.

—¿Y para qué necesito esto?

—Pues tú, Andrea y Carlos irán a U.S.A —Yo creo que mis ojos se salieron de sus órbitas en ese momento.

—No mames —Tomé el boleto—. ¡Esto es increíble! ¡Me voy de viaje a los Estados Unidos de Norte América! ¡Antonella no me lo va a creer!

—No te vas a viajar. —dijo interrumpiendo mi baile sensual y extremadamente raro.

—¿A no? —Me encogí de hombros, algo desanimada—. ¿Entonces para qué es la visa y todo eso?

—No es una visa de viajante... _____, vas a vivir en Estados Unidos.

En ese momento escupí el jugo de naranja que estaba tomando, mojando todo el piso de la cocina.

—¡¿A vivir?! —Exclamé— ¡¿Me vas a abandonar en un mundo de gringos?!

—No te voy a abandonar —respondió, tomándome de los hombros—. Vas a vivir con tus primos y, talvez, de vez en cuando tu tía y yo podríamos ir a visitarlos.

—¡Oh, sí! ¡Ahora estoy mucho más tranquila! —Dije con sarcasmo—. Carlos tiene 17 ¡Y yo soy más madura que él, madre!

—Pero Andrea si es madura, yo creo que hasta más que yo —Añadió y me abrazó— Estarán bien; tu tía y yo lo tenemos todo fríamente calculado. Ahora vete que ya es tarde. Adiós, te quiero.

—Esto no se quedará así, señorita. —La apunté con mi dedo índice, ella sólo rio.

Salí de la casa y caminé por las calles pensando en la sorpresa de mi madre ¿Que estaba pensando esa mujer? Yo de saber inglés no tengo nada ¡NADA!, ¿será que quiere librarse de mí? Si, yo creo que si. Eso es lo que quiere, ella y mi tía Rosa. Tengo que advertirles a Andrea y a Carlos. ¡Y si! Si soy algo paranoica, pero un poquito solamente.

—¡_____! —Gritaron a mis espaldas, lo que hizo que girase.

—¡Antonella, amada mía! —Extendí mis brazos de forma dramática—. ¿Lista para ser libre?

—Más que lista —Me abrazó. Antonella es mi mejor amiga desde que tengo memoria; rubia de ojos color miel, mi hermana, hija de otra fulana.

Caminamos hasta el colegio donde nos encontramos con otros amigos, igual de felices que nosotras por el comienzo de las vacaciones. Las primeras tres horas de clase se fueron volando, la campana sonó anunciando el recreo. Salimos y nos sentamos en la misma mesa en la cual nos sentábamos todo el año.