Capítulo 9: "Asalto".

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Eran aproximadamente las once de la noche cuando, por el pequeño y estrecho callejón, apareció un sujeto de mediana estatura, caminaba entre las sombras y era imposible determinar que ropa llevaba o cuantos años tenía porque iba ocultándose profesionalmente.

Adam no pudo evitar echarse a reír, tal vez las cámaras de seguridad no pudiesen identificar el aspecto del sospechoso pero era suficiente con que sus sensores de movimiento hubiesen captado su señal. Se giró hacia un lado para encontrarse a su novio inmerso en un millón de letras que descendían velozmente por la pantalla del ordenador.

-Adam-lo llamó de la forma que él tanto odiaba-tenemos a un intruso en un callejón cerca de la casa de Louis, el número de la cámara es 143, ya sabes lo que hacer.

Dicho esto ella se levantó de su sitio, su trabajo estaba acabado, ella era la encargada del trabajo práctico, colocar cámaras, micrófonos...etc., mientras que él se encargaba del material recogido en su ordenador.

El pelinegro no le contestó, estaba enfadado, había tenido que sacrificar su propio ordenador para que el sistema del acosador se jodiese también y ahora había tenido que cambiar todas las configuraciones del ordenador central y traspasar de nuevo la información que antes de meter el virus había copiado en unos CD's y PenDrivers.

Adam suspiró, era la primera vez que iba a realizar un trabajo peligroso ella sola, por lo general, cuando ella había instalado las cámaras o otra cosa y él hubiese reunido la información que necesitaba, eran los dos los que se presentaban a cometer el robo o cualquier cosa que fuesen a hacer, esta vez tenía que ir ella sola y eso en parte también era lo que enfadaba al ojinegro, pero él no podía hacer nada, habían sido órdenes estrictas de Simon que ella saliese y él se quedase.

Se acercó a él y lo abrazó por la espalda.

-Ten cuidado-susurró Adam-en el momento que te pase algo mato a Simon y quién haga falta.

La pelinegra le creyó, él era totalmente capaz, sonrió.

-Me conoces bien, sabes que no pasará nada, además estaré con Jay y con Josh.

-Un corredor de carreras ilegales que nunca va a menos de 160 y un tío que trafica con armas y que lleva una Tokarev que a cualquier roce se dispara, si me quedo muy tranquilo.

Adam encogió los hombros, abandonando su intento de tranquilizarlo, le dio un beso y se dirigió a la puerta de entrada.

Esa noche sería larga.

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_________ se quedó clavada en el restaurante, sin saber muy bien que era lo que exactamente estaba haciendo allí.

Llevaba un vestido largo de satén fino y color azul apagado. Sus manos se aferraban desesperadamente a un bolso de mano pequeño y del mismo color mientras que sus ojos se posaban en cada detalle de aquel restaurante tan caro.

El salón era inmenso, pintado de color bronce y adornado con cortinas doradas y escarlatas. La pared de enfrente eran todo cristalera, con vistas preciosas de la ciudad, incluso al fondo podía verse la playa de la alejada zona de Suna. Las mesas eran circulares y salpicaban con su blanco colorido todo aquel lugar, contrastando con el caoba del suelo. Todo el mundo allí vestía muy elegante y se felicitó mentalmente por haber escogido, más o menos, bien lo que debía ponerse.

Más aún así eso no conseguía arrancarle la incomodidad del cuerpo. A esas horas ella debía estar en su casa reflexionando sobre las preguntas que le haría a la hermana de Louis al día siguiente y no yendo a cenar con Liam.

Se llevó una mano a la cara, lo que había empezado como una quedada para comer en el Mc'Donalls acabó convirtiéndose en una cena en el Royal de Konoha, el restaurante más caro de la ciudad.

Eróticos Placeres (Louis Tomlinson y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora