Sólo [XiuHan // LuMin]

Dos

Cargando dos libros, caminando por los pasillos de mi escuela. Dos tipos se acercan a mí, en movimientos rápidos, tiran mis libros al piso, toman mis lentes y los lanzan al basurero.

— ¿Qué pasa gordo? ¿Te has quedado ciego?

Una multitud ríe mientras me mantenía en el mismo lugar. Uno de los tipos me empujó. Trastabillé al tropezarme con los libros que yacían en el piso.

— Hey gordo-seok, ¿te comieron la lengua los ratones?

— De seguro se la comió él mismo, miren lo gordo que está.

Otro bullicio en el pasillo, todos reían estrepitosamente. Me acuclillé a levantar mis libros, busqué un poco a tientas ya que no veía muy bien. Tendría que decirle a mamá nuevamente que perdí mis anteojos.

Un golpe de pie llegó directo a mi columna vertebral desestabilizando mi cuerpo y dejándome totalmente boca abajo en el helado piso del pasillo. Al caer golpeé con fuerza mi mandíbula en las baldosas.

Dejé de luchar. Esperé a que asestaran otro golpe en mi cuerpo, pero nada llegó. Me levantaron, entre dos, rápidamente del suelo. Un tercero estaba delante de mí.

— Las escorias como tú no deberían venir a clases.

Un golpe de puño llegó a mi abdomen dejándome completamente sin aire. Tosí un poco.

— Lo único que sabes hacer gordo, es comer.

Levantó mi camisa, apretó mi grasa abdominal burlándose.

— Miren todos a gordo-seok, por favor, no sean cómo él. Es desagradable y asqueroso.

Escuché, de forma lejana, a todos decir "iugh" y a murmurar quien sabe que cosas desagradables sobre mí. Ya no quería escuchar más.

— Kim gordo-seok, deja de darnos algo tan desagradable a la vista.

Otro golpe de puño llegó directamente a mi rostro, pude sentir la sangre caliente brotar de mi nariz haciendo su recorrido hasta mi boca.

— Completamente asqueroso.

Un tirón de pelo y un escupitajo en mi rostro. Los chicos que me afirmaban también escupieron en mi rostro para luego lanzarme con brusquedad al piso.

Un nuevo estruendo de risas llegó directamente a mis oídos. Las lágrimas ya no salían, tal vez, ya nada importaba.

Una pila de basura cayó sobre mi cuerpo, sentí como mis anteojos caían a mi lado. De seguro estarían rotos.

— Ahí es donde perteneces gordo asqueroso, a la basura.

El timbre que daba fin al receso retumbó en el pasillo. Un último escupitajo cayó directamente en mi cabello mientras todos comenzaban a dispersarse.

Limpié mi rostro con la manga de mi camisa. La sangre ya estaba secándose en mi barbilla, la cual dolía como la mierda por el golpe contra las baldosas. Tomé lentamente mis anteojos, me los coloqué, por suerte, esta vez no estaban rotos.

Suspiré. Me sacudí la basura, tomé mis libros y caminé lentamente a los baños que estaban al final del pasillo. Un chico estaba saliendo de él, mi cuerpo se estremeció un tanto, el contacto con la sociedad se estaba haciendo difícil.

Su mirada penetrando mi cuerpo, tal vez enjuiciándome, tal vez, sintiendo lástima de la lamentable persona que era.

Ingresé al baño rápidamente.