Sólo [XiuHan // LuMin]

Tres

Kim Minseok no se ha percatado de cuando ha cerrado sus ojos. Sin embargo, se ve envuelto en una especie de recuerdo nuevamente; sólo que esta vez, puede considerarlo agradable.

Ha comenzado a soñar con las tardes en las cuales solía tomar libros prestados de la biblioteca personal de su padre -el único recuerdo tangible que quedó luego de que les abandonara-. Y a pesar de tener tan sólo ocho años, amaba la lectura y lo que significaba descubrir un mundo nuevo con cada frase que leía.

Recuerda, entonces, cuando tomó un libro algo polvoriento y con las hojas amarillentas; supone que es de hace años y que, tal vez no entienda mucho de él pero aún así decide enfrentarse a ese desafío.

"El diario de Ana Frank", leyó el título dorado con relieve de la portada. Ha de pensar que Ana es un nombre muy bonito y que Frank es como el monstruo verde de los tornillos en la cabeza que aparece en una de las películas que ha visto en televisión, Frankenstein, cree que se llama.

Su madre había comenzado a gritar, no sabe muy bien por qué o a quién, pero cómo un lince, decide escapar antes que le encuentre y lo regañe a él también. Porque su madre era así, una vez que se enfadaba, lo hacía con todo y todos los que se cruzaran por su camino. Ha pensado en todas las veces que han ido a comprar vajilla nueva porque las anteriores terminaron hechas trizas en alguna pared y, con menos suerte, en la cabeza de sus hermanos mayores.

Toma el libro rápidamente y huye por el patio trasero hacia el "bosque" que está cerca de su hogar, en esos momentos, realmente adoraba vivir a las afueras de la ciudad.

Corre por entre los arbustos mientras intenta evitar las espigas y alguna que otra espina por ahí. Anhela llegar a su lugar favorito, una pequeña laguna que estaba rodeada de árboles gigantes y, algunas veces, de aspecto tenebroso. Pero a Minseok sus fachadas no le intimidan, cree que son muy bonitos y que dentro de sus años de vida deben guardar muchas historias.

Intenta calmar su respiración por la carrera que emprendió hasta la laguna. El sol aún no se oculta y le da un aspecto interesante al sitio al cruzarse algunos rayos por entre los árboles. Respira profundo y llena sus pulmones de aire fresco, humedad, olor a tierra, olor a la naturaleza.

Estira su cuerpo y decide sentarse al alero de un árbol que está a unos tres metros de la laguna. Apoya su espalda en el tronco, se siente abrazado, de alguna forma, y decide que es hora de emprender un viaje por la historia de la tal "Ana Frank".

"2 de junio de 1942

Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo."

Minseok no sabe por qué pero su cuerpo se estremece y cree que es a causa de una ligera ventisca que cruzó por la laguna.

Su lectura continúa; se ve envuelto en la historia y no puede evitar sentirse acongojado por tantas emociones que guarda dicho libro. En ese momento, a pesar de tener apenas ocho años, puede entender lo compleja que es la vida y, específicamente, las personas.

Ha encontrado en cada párrafo un sentimiento, una anécdota; ha encontrado la complejidad del ser y no puede evitar sentir deseos de llorar aún cuando su mente de niño no entienda muchas cosas que suceden en el libro.

Termina de leer al cabo de lo que cree fueron dos horas. El sol ya está escondiéndose y sabe que es hora de volver a casa antes que oscurezca o se den cuenta de que ha desaparecido. El libro le ha dejado con un sabor amargo; sin embargo, le ha dado la idea de escribir su propia historia.

"Un diario de vida" escucharía más tarde de la boca de sus compañeras de clase.

"Esas cosas son de niñas, Minseok" le recriminó después su hermano Junmyeon.