Enamorado de mi ex.

Capítulo uno.

Las risas de dos personas retumbaban en aquella habitación azúl. Ambos chicos estaban riendo a carcajadas sonoras por un videojuego.

–Rubén... –dijo el otro chico dejando de reír.–Eres un gilipollas.

El nombrado sonrió ante el comentario de su compañero de departamento.

–¿Yo? - pregunto sarcásticamente.

- Claro, ¿ hay otro Ruben por aquí? - hablo mientras le brindaba un leve golpe.

- Auch... Oye Mangel!

El de cabellos castaños más oscuro volvió a reír, pero su risa se cayó cuando recordó que día era. Su semblante se había trasformado...

- ¿Pasa algo? - se acerco a su compañero dudoso por su cambio repentino.

- Ruben... Hoy es 22 de septiembre... - murmuró bajando la vista.

- ¡ah! Tienes razón... - ambos chicos se quedaron mudos por un instante bastante incómodo- Fue hace un dos años... Deberías de olvidarlo ya...

Ruben bajo su mirada e intento parecer convencido de sus palabras para a alentar a su amigo.

- Deberíamos...- contestó seriamente - ambos sabemos que tú ni yo...

- Yo lo hice - corto la oración de Mangel para contestar cabreado - ¡A mi ya me vale mierda! No me incluyas en tu "Deberíamos" - Grito golpeando fuertemente la mesa para luego levantarse e ir a su habitación cerrando con fuerza su puerta.

Mangel soltó un gran suspiro por su comportamiento pero siguió con el videojuego, él si quería ver a su amigo... O mejor dicho, al que fue su amigo.

Mientras tanto mientras que Mangel jugaba otro chico más bajo y de piel nívea apreciaba una película, su favorita; star wars.

La veía tan entretenido pero sumamente perdido en sus pensamientos, algo peculiar sucedía en su interior y él sabía que era.

Cuando se levanto estaba feliz o al menos como siempre, fue hasta que vio su celular y leyó lo que decía "22 de septiembre" y fue hay que su día se cago completamente. Sentía Tristeza, temor, decepción... Al igual que hace dos años, pero un poco menos que aquel día que marcó su vida.

Él siempre creyó que la vida te daba momentos buenos pero te los arrebata cruelmente y ése día lo comprobó. Recuerda que su relación era extraña, destructivamente constructiva, algo tan incoherente pero algo tan esplendido.
Alejandro siempre se creyó sarcástico, burlón y nunca cursi ni sentimental... Pero cuando lo conoció su mundo se vino abajo al darse cuenta de que solo era una envoltura... Después de cuentas, sus relaciones amorosas eran menos para él, una mas en la lista... Pero ese chico, era su todo, su temor de ser quien era... Escondiendolo por su gran orgullo que se fue desvaneciendo... Pero su relación con él estaba empeorando los últimos días, su frialdad era tan común durante esa semana después de su comentario. Lloraba, porque había cometido un error, que estúpido, su novio le hizo una pregunta... Y alex solo respondió en un futuro muy lejano ›› casarme y tener hijos con la persona que amó‹‹ y sí! Todo termino con eso. Su novio cambio y fue cruel, los peores días, le dolió tanto las palabras que le respondió cuando Alejandro dijo sobre un rompimiento "imaginario" ... y fue contestado con un ››Los sentimientos se olvidan Alex‹‹ Como todo un orgulloso él se fue poniendo una escusa tonta y así dio el comienzo de su final como pareja y amigos...

- ¿Chaval que haces? - se escucho una voz sobresaltando al delgado chico

- Viendo una película... - contestó Alex.

-¿A si? - preguntó riendo mientras tomaba asiento alado del más pequeño.

-Claro Frank.
El nombrado señalo la televisión que se encontraba apagada pata luego soltar una carcajada.
-Ay! Cabron, no te rías así! Acaba de terminar... - dijo cabreado.

- Si... Acaba de terminar como para apagarse la televisión - Frank rodeo su brazo sobre los hombre del chico níveo y sonrió - ¿Así es como le das la bienvenida a tú novio?

Alejandro se sonrojo a no más poder y le regalo un beso.
- ¡Listo!- respondió alejándose de su novio.

- Ay chaval - susurro-

- Frank... Hoy es 22 de septiembre - murmuró.

El castaño solo atino a abrazar a su novio, sabiendo el dolor que sentía.