Capítulo 1

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-¡Megan!-gritó la madre desdé abajo-Se te hace tarde

La castaña bufó con molestia y perezosamente sacó los pies de la cama, una vez que estos tocaron la fría superficie, Megan se sentó y apoyó las manos en el borde de la cama

Dio un largo bostezo y sacudió la cabeza para luego levantarse, caminó al baño y se dio una rápida ducha

Luego de vestirse con su camiseta negra, su chaleco gris, su pantalón negro y sus convers. Bajó a la cocina y tomó una manzana

-¿No comerás?-preguntó la madre al ver que su hija se acercaba a la puerta

La chica negó y salió rápidamente de la casa, una vez que el aire frío chocó en su cara, inhaló profundo y emprendió su camino hacía la escuela

El viento movía su castaño cabello haciendo que este danzara en el aire, pero aún así, con su hermoso cabello bailando en el aire, sus ojos azules mirando el suelo fijamente, nadie notaba lo hermosa que era...

[...]

Llegó a la escuela y en cuanto cruzó las puertas todos la miraron, los susurros y murmullos no tardaron en aparecer. Cansada de todo eso, caminó hacía su casillero y lo abrió, lo cual fue un enorme error

Con un pequeño sonido, Megan ya estaba empapada de pintura morada, cerró de un portazo el casillero y con sus manos quitó la pintura de los ojos

Detrás de ella, los responsables de aquella broma, reían a carcajadas, menos Alec, el cuál no había querido ser parte de eso. Este miró a Megan con lástima y trató de disculparse, pero sus amigos se adelantaron y caminaron burlándose de la pobre chica

-Pero miren a quien tenemos aquí-comenzó el rubio, líder del grupo y famoso por burlarse de los más vulnerables-La pobre huérfana, Megan

Hizo como si se secará las lágrimas y rió, Megan mordió su mejilla evitando soltar palabrotas y apartó la mirada.

-¿Que pasa Meganita?, ¿Tu papi te abandonó?, ¿Donde esta tu padre, Megan?-El rubio rió más fuerte y la chica aguantó las ganas de llorar

-Austin, ya basta-le dijo Alec cansado

-¡Cierra la boca, Alec!-le gritó Austin, se giró para seguir molestando a Megan, pero descubrió que ella ya se había ido

Megan corrió por los pasillos, con gruesas gotas rodando por sus mejillas, abrió la puerta del baño y la cerró fuertemente bajando, con su espalda apoyada en esta, lentamente hasta llegar al piso

Atrajo sus piernas a su pecho y escondió su sucia cara en ellas. Los sollozos hacían eco en el solitario baño, haciendo cada vez más grande la soledad de Megan...

Stay Strong ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora