Capítulo 4 (Final)

83 7 1
                                    

Alec y Megan comieron galletas mientras se hacían preguntas

—¿Entonces cuando éramos pequeños jugábamos juntos?—preguntó Megan por quinta vez, aun sin poder creerlo

—Si, tu eras pequeña y usabas vestidos de flores—Alec sonrió por aquel recuerdo

El pelo de Megan moviéndose alocadamente, ambos corriendo por el patio y el lindo vestido blanco con flores que la pequeña traía puesto

Megan tomó su cara frustrada y gruñó molesta con sigo misma

—Soy una tonta—dijo—¿Como no pude recordar?

El chico de ojos verdes se encogió de hombro y mordió otra galleta

—Aveces nuestro cerebro prefiere olvidar cosas estúpidas

—¿Tú crees que nuestra amistad haya sido algo estúpido?—preguntó la castaña algo dolida

—No lo se... ¿Tú lo crees?—Megan negó rotundamente, haciendo que sus mechones castaños se movieran salvajemente. Alec sonrió por aquello

—Eres el primer amigo que... Que se a acercado a hablarme—comentó Megan con tristeza

—Es porque soy el único que a esperado por ti—Alec tomó la mano de Megan y le sonrió

Mientras tanto en el estomago de la castaña, unas mariposas salvajes se hacían presente, parecían enojadas

—Cre-creo que ya debería irme—Megan se separó y salió de la cocina seguida de Alec

—Adiós—logró despedirse Alec, antes de que Megan saliera corriendo a su casa

Llegó y rápidamente subió a su cuarto ignorando a su madre inconsciente en el suelo. Cerró las cortinas, para luego reír como estúpida

¿Que cosas habrá visto Alec?, esa era la pregunta que se hacía una y otra vez mientras estaba echada en su cama

Pero, obviamente, aquella pregunta nunca tendría respuesta, a menos que dejara de ser tan cobarde y le preguntara directamente al azabache, cosa que nunca sucedería.

Sin darse cuenta ya había caído en un profundo sueño...

[...]

—¡Megan!—gritó una voz masculina

Megan abrió los ojos sobresaltada y nuevamente esa voz volvió a llamarla. No era Alec

—¡Megan, abreme por favor!—la sangre se le heló

Los gritos siguieron y siguieron, hasta que finalmente pararon, Megan abrió las cortinas y verificó la zona, no había rastro de Robert.

Entonces las lágrimas se hicieron presentes, miró al velador, donde la navaja esperaba lista para cortar la blanca piel de Megan. Negó y negó una, y otra vez, no quería hacerlo, no de nuevo

Unos golpes en su ventana la pararon, se giró limpiando las lágrimas y miró para encontrarse con el rostro de Alec. Le abrió la ventana y antes de poder preguntarle que demonios hacía ahí, ya tenía los labios de Alec sobre sus labios

No tuvo el tiempo suficiente para asimilarlo, ya que Alec se separó rápidamente, demasiado para su gusto.

—No lo hagas—pidió Alec mirando al velador

—¿Por que?—preguntó Megan confundida

—Solo mantente fuerte—dijo él

—Para ti es fácil decirlo—espetó ella bruscamente

—Para nadie es fácil—comentó—Megan, te quiero, te quiero desde el primer momento que vi tus vestidos de flores, te quiero desde que teníamos 8, te quiero aunque te cortes. Tú eres... Tú...

Alec tomó su rostro frustrado

—Tú eres por lo que me mantengo fuerte—dijo el chico de ojos verdes

Megan permaneció callada, aumentando así el dolor del azabache. La castaña no tenía palabras, alguien le estaba diciendo que la quería, luego de 10 años, alguien por fin le estaba diciendo que la quería

No lo pensó más, besó a Alec y este sorprendido le siguió el beso.

—Me mantendré fuerte, lo prometo...

Fin

Stay Strong ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora