Capitulo 5

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El baile.
Mujeres en hermosas muselinas, jóvenes siendo presentados a niñas de 15 años y estas sonrientes les dan la mano para que juntos bailen. Esa es la mejor descripción que te puedo dar de un baile, tu te preguntaras creo yo, el porque los bailes son tan importantes, bueno la respuesta viene enseguida.
Los hombres salían a casar aves en los bosques para después comérselas, bueno, las mujeres salían a casar hombres en los bailes para comprometer a sus hijas con ellos y en la historia de Sarah y Harriet no es la excepción.
Sarah miraba a su hermana de 15 años bailando con un joven de mínimo unos 25 años y si eso no fuera poco el llevaba el uniforme de los militares y nada era más aborrecible para Sarah que los militares queriendo se aprovechar de niñas y más si entre estas estaba su hermana. El baile término y la hermana pequeña de Sarah se le acercó sonriente
-no te han sacado a bailar!? - pregunto esta y Sarah rodó sus ojos cafés
-si ya sabes la respuesta para que preguntas, Harriet- Sarah contesto y Harriet sonriendo se agitó los rubios rizos
-a mi ya me han sacado 2 veces!, y creo que a ti no te han sacado porque estas muy vieja - dijo Harriet y Sarah la miro con incredulidad
-apenas tengo 17!, y estoy a una muy buena edad de casarme! - dijo Sarah colocándose un mechón de su negro y rizado cabello en la oreja
-tienes razón, en ese caso creo que es porque eres fea y no tienes talento- diciendo esto la rubia se retiró dejando a la pelinegra en su silla mientras pensaba en lo raro que era que la heroina favorita de Harriet fuera Elisabeth cuando está no podía ser más diferente a su hermana. Pasaron unos minutos y en eso todo el salón guardaba silencio, la solterona más adinerada de la ciudad entraba por la puerta y su nombre era Ada, la solterona se veía hermosa con sus mejillas rosadas, sus labios del color de las fresas y su castaño cabello recogido en un elaborado chongo el cual estaba rodeado de perlas pequeñas, pero nada de esto llamo la atención de Sarah, lo que le llamo la atención fue el hombre que se encontraba atrás de la mujer, y si te preguntas porque, la respuesta es que si un hombre te salva de un charco de barro y te ve toda sucia hasta la vergüenza, jamás lo olvidas o por lo menos no se te olvida nada rápido. Sarah lo vio y el la vio aunque por unos instantes no pareció reconocerla sin estar ella toda llena de barro, pero al final si la reconoció y le dedicó una sonrisa tímida a la cual ella respondió de la misma manera.
En unos momentos continuaré con Sarah y el misterioso joven, ahora lo que me interesa es Ada.
Ada no quiso ir al baile hasta que su amigo el reservado William que venía de visita desde Londres le platico que había conocido a una mujer en un charco de barro y que esperaba verla por última vez en el baile, así que Ada no tuvo más remedio que asistir al baile a conocer a la misteriosa mujer en la cual su buen amigo estaba interesado, así que ahí estaba entre la multitud, todos la veían y susurraban Ada no podía sentirse más incómoda, pero lo que Ada no sabía es que ese baile cambiaría su mundo por completo, la haría la mujer mas dichosa como a la vez la más desgraciada, esa sería la noche en que conocería a Louisa.
Volviendo a Sarah, alguien por fin la había invitado a bailar y no, no era William, si no mas bien un joven de cabello grasoso y muchas pecas, Sarah bailaba y de vez en cuando veía algunas miradas furtivas que le dedicaba el apuesto William. Cuando por fin el baile término el joven William no perdió ni un segundo para sacar la a bailar con lo cual Sarah estaba muy contenta
-me llamo Sarah- dijo ella mientras bailaban
-Soy William- dijo este con una sonrisa amable
-vive en el condado? - pregunto ella
-no, vengo de Londres, vine a visitar a mi amiga Ada - dijo el y ella no contesto y después de un rato de incómodo silencio el dijo
-se ve mucho mejor sin el barro en la cara - enseguida el joven torció el gesto y se arrepintió de la estupidez que había dicho
-gracias- dijo Sarah un poco aturdida
-lo siento yo... - empezó a decir el joven a lo cual Sarah lo interrumpió
-no se preocupe, tiene toda la razón - dijo esta sonriendo y el joven se río. En ese momento de la velada Ada ya había conocido a Louisa y las dos se besaban en un lugar donde nadie las podía ver.

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