Historias Entrelazadas

Capitulo 6

Cuando te empieza a gustar alguien es algo intenso, te toma por sorpresa y te arrastra, para que al final te das cuenta que no es algo nuevo, qué esa persona te empezó a gustar desde tiempo atrás solo que a tu cerebro le costó trabajo aceptarlo.
Si había una cosa que evelyn tenía completamente prohibido pensar era en hombres o una historia de amor, porque eso nunca pasaría, ella estaba condenada a jamás sentir amor por alguien, pero ahora que paseaba con Joseph por la ciudad le costaba una increíble cantidad de trabajo no pensar en ello.
-Y así fue como termine estudiando medicina - dijo el joven castaño mirandola con una sonrisa que la derretia
-Es una historia fascinante y me gustaría seguir hablando con usted, pero me temo que hemos llegado- dijo evelyn señalando la puerta de su casa, el joven le sonrió sin saber que hacer, evelyn habrio la puerta de su casa y se despidió con un lo veo luego preguntándose si esa era la regla de etiqueta correcta.
Al llegar al burlesque se puso el vestuario mientras recordaba una conversación que había tenido con killian el día anterior
" -has visto a jane?-
-No, y aunque lo hubiese hecho no te diría - dijo evelyn de pésimo humor
-No soy tan malo como crees, cariño- dijo killian rodando los ojos
-Porque no la dejas en paz!? -
-Para que te ponga toda mi atención a ti?, mira ev, yo no la busque ella fue la que me busco, ella sabe lo que le ofrezco se lo e dejado muy claro y ella quiere seguir conmigo -dijo killian mirando a los ojos a evelyn está por un breve momento se quedó pérdida en su mirada verda agua, pero retomó la compostura, rodo los ojos y el irlandes sonrió"
Evelyn resoplo ante el recuerdo y se puso las medias, pero cuando al fin se subió al escenario al que vio no fue a killian si no a Joseph con la boca entre abierta.
Cambio de historia
Ada había estado muy ansiosa desde el baile, caminaba de un lado a otro por la casa y cuando tocaba el piano sus notas eran rápidas y desentonadas
- Debería calmarse - decía William sonriendo cada vez que la veía y en esta ocasión no fue diferente
-Perdoneme querido amigo es solo que e hecho algo muy malo!, pero no puedo hablar de ello, mejor cuenteme como le fue en el baile- contesto está vez Ada y en cuanto el joven escucho baile se puso de un color carmesí y volteo hacia otra parte
-Bien, nada excepcional - dijo William aclarandose la garganta
-Nada excepcional!, pero si lo e visto bailar con la misma chica casi todas las canciones e incluso reír bastante alto! - William ahora estaba del color de las manzanas
-y-yo, mejor debería usted contarme la cosa que a hecho!, si no, como podré ayudarla? - Dijo William y evelyn suspiro
-Creo que iré a la cárcel -
Cambio de historia
-Pense que era un hombre decente! -
-De que habla!, usted trabaja aquí!-
-Por necesidad!, usted viene a satisfacer su lujuria!-
-Yo vine porque el dueño del lugar está enfermo y mi padre vino a revisarlo! - Dijo Joseph y evelyn sintió las piernas flaquear
-E- Edwin? - Dijo la castaña palideciendo a un grado enfermizo
-Está bien?- evelyn miro a Joseph con grandes ojos verdes y salió corriendo a la oficina de Edwin, cuando llegó este estaba pálido y con la melena rubia revuelta
-Evelyn, que haces aquí!? - Dijo Edwin sorprendido
-Porque no me lo dijiste!? -
-Es... No es nada seguro, ok?-
-Que No es nada seguro!? -
-Que tenga cáncer- evelyn palidecio, callo de rodillas y apenas se percató de la mirada de sorpresa del doctor, Edwin se paró de su asiento y se hinco delante de ella
-Cariño, el doctor apenas va a enviar un líquido que me saco del cuerpo a unos laboratorios, ok?, todo va a estar bien... Y ahora ve a bailar que para eso te pago- evelyn lo miro aturdida dándose cuenta que no podía perder a Edwin, el era como un padre para ella desde que el biológico enfermó y lo abrazo sin importarle la indignada mirada del doctor.
-Más te vale que así sea - dicho esto evelyn se fue sin preocuparse mucho en lo que Joseph creyera de ella ya que ser bailarina es lo que era y si el no lo aceptaba ella no le insistiria, ademas ahora tenía cosas más importantes en las que pensar