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Gio Simeone

El ruido de la lluvia seguía golpeando contra la ventana pero la luz y el ruido del televisor no me dejaba dormir haciendo que me despierte  para ver encima mío a la rubia ojiverde desnuda, niego con la cabeza acordandome lo que hizo anoche por el único motivo de ser terca, caprichosa y obstinada pero tengo que admitir que me encantaba verla así y más me hubiera encantado que me lo pidiera a mí pero si en 19 años no se le fue lo caprichosa no iba a hacerlo ahora.
Trato de apoyar su cabeza en la almohada sacando mí brazo de abajo suyo y poniendo el suyo en la cama mientras me levanto caminando al pasillo donde apagó las luces, volviendo a la pieza para hacer lo mismo con las de estás y la tele, dejo el control en el rac, girandome mirando la cama donde el pelo rubio de mí acompañante resaltaba por el blanco de las sábanas que solo cubrían la parte baja de su espalda, vuelvo a acostarme en la cama para correrle el pelo dejando besos en su hombro, había pasado de estar dormida en mí pecho a dormir en casi toda la cama boca abajo sin molestarle si entraba o no en el pequeño lugar que deja, sigo repartiendo besos que iban bajando desde su hombro por toda su espalda.
-Vas a explicarme?- habla haciendo que la mire, ella seguía con los ojos cerrados, mí mano pasa por el costado de su costilla yendo desde donde debería estar su tanga hasta la montaña de sus pechos. Ella hablaba pero deseaba el tacto y eso quedaba más que claro en lo relajada que estaba con el paseo de mis manos, una de ellas bajo desde su cuello al nacimiento de su cola haciendo que agarre mí mano mientras la miro- Explícame y vas a poder tocar lo que quieras
-No dormías ?- digo volviendo a poner mí mano en su cola mientras ella imita la acción anterior
- Explícame- dice mirándo- el día está perfecto para un polvo y más si es tuyo- termina de hablar en mí oído dejando un casto beso en este
-Date vuelta y te explico -digo para que ella me mire y yo haga lo mismo
-Para que?- vuelve a hablar
-Vos pone tu condición yo la mia- digo mirando esos ojos verdes y mí mano vuelve a deslizarse por su cuerpo. Ella tardo unos dos minutos en pensar mí oferta todavía boca abajo - los dos sabemos que va a pasar después de la explicación, es ahorra tiempo nada más - sentenció para ver cómo la rubia empieza a darse vuelta lento, en estos momentos solo me dedico a verla mientras ella ni se molesta en taparse después. Mí mano pasa del colchón a su muslo subiendo por su abdomen llegando al valle de sus senos, pasando de este a su cuello y volviendo a su muslo donde los separó con su atenta mirada y su mano sobre la mía.
-Habla- dice ella con la voz un poco ronca yo sonrió mientras me acomodo arriba suyo con la mano todavía en su pierna hago que está abra más para acomodarme mirándola a los ojos- no vas a cogerme
-Es en la posición en la que no soltas tanto veneno- pongo su mano en mí cuello y ella la pasa por mí cadenita bajandola a mí abdomen- además vos vas a pedirme que lo haga- le doy un beso en la mandíbula
-Explicame de una vez Giovanni - dice ella con ambas manos en mí cuello, con una acaricia lo que sería mí nuca y la otra pasaba por mí clavícula. Prácticamente no me miraba sus ojos estaban pérdidos detallando quien sabe que y a su vez mirando la cercanía de nuestros sexos separados solo por mí boxer, en estos momentos estaba haciendo uso de todo mí autocontrol para no bajarlo y enterrarme en ella
-Pregunta lo que quieras saber- sus ojos se posan en mí con ese verde penetrante
-Quien es y como la conociste?
-Natalia melcon y la conozco hace tiempo
-Cuanto tiempo y de dónde?
-No se cuatro años, trabajo con mí mamá
-La dejaste de ver en algún momento?
-Si cómo hace dos años
-Cuando la volviste a ver?
-No se, cuando dejamos de vernos
-Te acostaste con ella en ese tiempo?
-Siempre
-Porque?
-Porque garcha bien
-Quien mejor? -dice mirándome mientras yo le sostengo la mirada
-Es diferente
-No es muy difícil Giovanni quien coje mejor de las dos
-Te dije que es distinto
-En que?, Si es ella no me voy a enojar
-En que con ella solo garcho, no hay sentimientos en lo más mínimo- digo y ella me mira para que siga - ella viene la pongo sobre la mesada un polvo y se va, con vos no
-Que cambia? Que es diferente? A mí también me pones sobre la mesada - dice y yo niego
-Ya se pero no como la pongo a ella, con vos - hago una pausa buscando las palabras- con vos no es solo sexo
-Que es entonces?
-Es todo, desde mirarte como te desnudas o desnudarte,repartir cada beso y verte cerrar los ojos, ver cada gesto que haces cuando estás excitada o empezas con ese jugueteo tuyo de caricias, escucharte gemir dios no te imaginas lo que es cuando soltas cada uno de los gemidos pidiendo más o decís mí nombre, tus manos acariciándome en casa segundo, vos sos mucho más que un polvo de una noche o un polvo frecuente, con vos es desde ese primer beso que me das al pasar la puerta hasta el último que me das al borde de dormirte mientras me pedís que te abrace y no deje de acariciarte.
-Me amas?- dice con su mano en mi pecho mirándome
-Si de una forma que ni siquiera sabía que podía
- Ahora es cuando me besas - dice ella con una sonrisa
-Porque debería
-Porque quiero que lo hagas y mientras lo haces yo voy a sacar tu boxer para que seas buen novio y me hagas gemir mucho - dice bajando mí boxer con sus pies
-Ahora si soy tu novio? - digo y ella asiente mostrandome esa sonrisa pícara- No se si quiero ser tu novio ahora
-Bueno eso lo podemos hablar en otro momento- dice levantando la cadera- ahora te necesito entre mis piernas
-No era que no me necesitabas para tener orgasmo -digo rozandola mientras ella acomoda sus piernas en mí cintura
-Es verdad pero los tuyos son más ricos y después de un mes los necesito - dice besándome el cuello mientras paso mí mano  desde su abdomen a sus labios metiendo dos dedos y acariciar su clítoris, ella aprieta los labios cerrando los ojos largando un gemido, mí boca le devora el cuello mientras  mis dedos siguen entrando en ella haciéndola gemir, paso de su cuello a sus lolas dejando un camino de besos húmedos mientras mí  lengua recorre cada centímetro de ella, sus manos están tirando de mí pelo cuando empiezo a chupar y morder su pecho mientras meto otro dedo en ella quien solo larga gemidos.
-Giovanni- dice levantando las caderas yo saco mis dedos rozandola con la punta haciéndola suspirar, estiro el brazo al cajón de la mesita de luz buscando un forro mientras ella sigue moviéndose y besandome- deja eso amor
-No podemos seguir haciendolo con la bendición de Dios nada más -digo mientras ella sigue moviendo las caderas bajo mí mirada
- Si ya se pero es tu culpa por hacerme probar y ahora quiero así- dice mirándome con esos ojos verdes que ahora están oscuros de la excitación yo niego y ella empieza a repartir besos por mí cara y cuello haciendome caer poco a poco
-Vamos a tener que hablar sobre esto -digo mientras ella asiente con una sonrisa
-Eso es un si - dice entre besos y dios está mujer me tenía haciendo lo que quiere
-Si, ahora abrí - digo haciendo una pequeña presión con la cabeza en su entrada, ella levante la cadera mientras separa las piernas yo paso la mano recibiendo gemidos- Sabes que sos muy demandante
-Me lo di- no puede terminar la oración por el grito que larga cuando me entierro en ella sin previo aviso, sus uñas se clavan en mí espalda- Giovanni no vuelvas a hacer eso
-Porque?- sonrió y hago presión para que entre un poco más
-Porque no es específicamente de tamaño pequeño lo que tenés entre las piernas- dice todo con la voz entrecortada y largando gemidos- Te estoy hablando para
-Que paso es la primera vez que te quejas del tamaño- digo mirándola divertido y dejando besos en su mentón- Además no metí ni la mitad
-Como que no ?- dice ella bajando su mirada de mí hacía su entrepierna y suspirar para que yo salga un poco
-Segui mirando y decime basta si querés- ella me miró y volvió a mirar para asentir, salí por completo de ella y la empecé a tocar metiendo mis dedos otra vez pero no pasaron ni cinco minutos que ella agarró mí mano para ponerla en su piernña.
Las volví a separar pasando mí mano por su cola para levantarla y hacer presión con la cabeza para verla morderse el labio mientras iba entrando cada vez más escuchando los sonoros gemidos de mí compañera.
-Amor más - dice mirándome y que haya acompañado su pedido con esa palabra hace que toda mí fuerza de voluntad para hacerlo lento desaparezca pero ahora estoy metido en ella por completo - Giovanni - suelta mí nombre más como reclamo que como gemido. Por mí parte pongo sus piernas en mis hombros apretándole la cola para acomodarla en la posición que quiero, mientras ella analiza cada movimiento a labios apretados, sus manos en mí espalda y sus ojos puestos en mí.

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