Capítulo 4: Una nueva "conquista".

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Cuando llegué a casa me encontré con el siguiente panorama: Leslie estaba en el sofá, con un montón de pañuelos desperdigados por el suelo y mirando una de esas películas románticas que hacen llorar a todo el mundo.

-Deja ya el drama, me tienes que escuchar. Ha pasado algo raro.

-¡¿No tienes corazón?! ¡¿Acaso no lo entiendes?! No puedes llegar a casa y tan sólo decirme eso, ¡me has interrumpido el hermoso final de una historia aún más hermosa!- dijo gritando.

-Ey, ey, lo siento,- dije intentando calmarla- ¿cuál es esa película tan hermosa en todos los aspectos, qué hace soltar mocos por todas partes a mi queridísima mejor amiga?

-Pues, "El viaje más largo". Verás, es una película basada en la hermosísima novela de Nicholas Sparks, y cuenta la vida de dos parejas, per...- la interrumpí.

-Sí, ya lo sé, en eso de que es hermosa no te equivocabas, la vi el otro día.

-¿Fue cuando te pillé llorando como loca y soltabas cursiladas sobre el amor?

-Sí, exacto- dije con pesar. No aguanté más y me puse a llorar junto a mi amiga.

Lloramos por un largo rato, hasta que Leslie me preguntó:

-Oye, ¿qué es eso tan raro que te pasó?

-Pues, conocí a un chico...- Less soltó un chillido de emoción- Sí, un chico estúpido.

-Bueno, eso no tiene mucha importancia, todos son iguales. Dime, ¿es guapo?¿como os conocisteis?- preguntó emocionada.

-Em, pues, el chico no esta mal...- Leslie alzó una ceja- Bueno, esta muy bien, y nos conocimos chocando en el Starbucks. Me tiró mi café encima y para rematar yo le tiré lo que quedaba de mi café por la cabeza. Cuando llegué al trabajo, mi tío me dijo que teníamos un posible cliente y que ese cliente había pedido expresamente que el abogado fuera yo, ¿y a que no sabes quién era?- pregunté.

-¿Quién?

-Era él, se llama Mario Cox. Me contó que quería llevar a juicio que le tiré café y lo dejé plantado. Luego me amenazó con que vendría a molestarme todos los días si no le daba mi número de teléfono, así que se lo di.

-¿Enserio? Eso no es propio de tí- me interrumpió Leslie.

-Ya, pero lo que si que es propio de mi
es que le de mi numero incompleto. Estuvo toda la tarde buscando-las dos reímos

-¿Y eso es todo?¿Que tiene eso de raro? Aparte de que no te pidió salir.

-No me lo pidió ni quiero que me lo pida, estuvo todo el tiempo queriendo coquetearme, y se veia a simple vista que pasa mucho tiempo acompañado... Por mujeres... En su cama...- Puse cara de asco, pero Leslie solo sonrió- Y bueno, fue raro porque durante unos minutos revolotearon mariposas por mi estómago. O bueno, tal vez solo fueran gases o ganas de ir al servicio

-No creo que fuera eso, cariño- me guiño un ojo.- Oye, ¿porque no le invitas a tomar algo mañana?- le di una mirada asesina- Sé que no te hace mucha ilusión, pero intentalo, alomejor descubres que no es como a ti te parece- sugirió.

-Ni loca- respondí rápidamente.

-Estupendo- cogió mi móvil y empezó a escribir algo.

Forcejeamos, pero solo conseguí quitarle el móvil cuando acabó de escribir y mandar el mensaje.

Allí fue cuando me di cuenta de que Mario lo había visto y había aceptado.

-¡Te odio!- le chillé a la pantalla de el móvil.

Y de repente, apareciste tú. || PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora