Starbucks Crush

u n o

Thalía entro como de costumbre a la famosa cafeteria con una sonrisa en la cara. Lo amaba, era su segundo hogar. Aquel pequeño Starbucks ubicado en la calle 86 era demasiado especial para Thalía, y ells no conprendia como para los demas ese era solo otro local más de la conocida cadena de cafeterias.

-Hola Joe- saludó a su mejor amigo agitando euforicamente su mano.

-¿Qué tal todo? Se ve que hoy te levantaste con buen humor-.

Ella queria mucho a Joe. Es más, era como su hermano. Siempre sabia cuando ella estaba mal, alegre o simplemente sin ganas de nada.

-Todo genial ¿y tu?-.

-Excelente- sonrió- ¿Lo de siempre?-.

-¿Hace falta responder?-.

Joe sonrió y nego con la cabeza.

Thalia pagó, retiro el cafe y fue a su habitual lugar en una esquina del negocio, desde donde se podia apreciar la hermosa vista hacia el Puente de Brooklyn. Suspiró. Amaba Nueva York. Era un lugar magico.

Continuo bebiendo su cafe hasta que vio algo, o más bien alguien, que llamo su atención. Era un chico. Bastante guapo, para ser sincera, y aparentaba la misma edad que ella. Alto, con una gran sonrisa en la cara, unos hermosos ojos marrones y el pelo, del mismo color, despeinado. No pudo evitar mirarlo fijamente. Él tampoco.

Es más, nuestro castaño solo habia entrado al establecimiento para verla a ella. Realmente odiaba el café, los frapuccinos y todas esas cosas raras que la gente bebia para estar a la moda, con todo su ser, pero si tendria que entrar allí y ordenar algo para verla mejor, sin duda lo haria.

No era un chico muy valiente, ni creia en el amor a primera vista, pero algo en su interior lo obligo a entrar. Fue como si sus piernas se movieran solas y, de repente, se pararan en seco al frente de la caja para ordenar. Mirandola a los ojos. Fijamente y sin siquiera parpadear.

Thalía reaccionó y rápidamente miro hacia el suelo avergonzada. Cuando pensó que él ya no la estaba mirando, levantó la vista. Se topó con unos hermosos ojos que todavía la miraban. Una situacion bastante escalofriante, si me preguntan a mi. Sin darle tiempo a que Thalía bajará la miraba, este le sonrió y ella se derretío por dentro. Debo admitir que es una chica muy enamoradiza...

Un silbido hizo que ambos bajarán de su nube de amor. Era Joe, sobreprotector como siempre. Antes de que pudiera hacer algo, le llegó un mensaje.

De: Joe

Para: Thalía

'¿Quién es ese tipo, porque te mira tanto y porque tú lo miras también?'

Thalía rodó los ojos y contesto él mensaje con algo de furia. Algunas veces puede llegar a ser inaguantable.

De: Thalía

Para: Joe

No lo sé, no lo sé y lo miro porque es lindo, ¿algún problema?

Ella pudo sentir la fulminante mirada de su amigo sobre su espalda pero no le hizo caso y siguió bebiendo su café.

Recien ahí fue cuando se dio cuenta que tenía al frente de ella al chico que acababa de sonreírle.

-Hola- saludó el desconocido.

-H-Hola- saludó la peliroja.

-Soy Jason, Jason Toer ¿y tú eres...?-.

-Thalía, Thalia Ganger-.

-Mucho gusto- dijeron ambos al unísono mientras estrechaban sus manos.

Sé quedaron mirando muy fijamente en un silencio incómodo, pero para los Romeo y Julieta modernos era el mejor silencio de sus vidas. Ella empezo a detenerse en cada pequeño detalle de su rostro. El, se perdio completamente en sus hermosos ojos y cabellera roja. Todo era hermoso. Pero la alarma de la chica sono, y tuvo que irse. Se despidio y salio para su trabajo, algo apurada pero feliz.

Jason no hizo más que seguir con la mirada a aquella hermosa chica que recien habia conocido caminar hacia el metro (subterraneo, subway, como prefieran llamarlo) hasta que ya no podia verla. Y pensó. Pensó si mañana la veria. Pensó si habia causado una buena impresión. Pensó, pensó, pensó y tanto pensó que decidio que mañana volveria al mismo lugar, a ver si encontraba de nuevo a su nuevo crush en aquel Starbucks.