Starbucks Crush

t r e s

Esta vez fue Thalía quien llegó primera, y muy ansiosa, al pequeño lugar.
Ella se sentía bastante rara. Era miércoles y tenía una sonrisa en la cara a pesar de haber madrugado. Estaba maquillada y había tratado de verse lo mejor posible. Si, era raro; ella odia los miércoles, madrugar y maquillarse. ¿Qué le estaba pasando?
Como era una chica simple, dejó pasar aquella duda de su cabeza, por ahora.
Se dirigió al mostrador lista para ordenar.
-¡Tha!, ¿Frapuccino de vainilla con crema doble?-preguntó Rachel.
-Por favor rach-dijo la pelirroja guiñándole un ojo a su amiga.
En menos de un minuto, ya tenía su bebida en mano. Todavía no había aparecido Jason. Ella estaba muy impaciente.Hasta el punto de que casi se retira. Casi.
Jason entró por la puerta tropezando. En un brusco movimiento la abrió. Thalía dedico su vista hacia el. Estaba desarreglado, con todas sus cosas en sus manos y bastante sexy según ella.
El la miró, y se perdió en sus ojos. Tanto, pero tanto se perdió que hasta se olvido de respirar. Estaba por caerse, pero tomó el control de su cuerpo antes de tocar el suelo.
Thalía se preocupó. Se levanto de la mesa en la que estaba sentada y se dirigió hacia él.
Ella llegó con el. Simplemente se miraron y todo se hizo claro. Eran unos estupidos.
Mientras ambos se armaban su historia de amor, toda la gente alrededor, reia sin parar. Ellos, muy avergonzados, se levantaron del piso con la cabeza agachada y se dirigieron a la mesa para luego sentarse.
La gente seguía riendo. Thalía, sin ver ninguna otra opción, comenzó a reír con los demás. Jason, sin entender nada, la miró y decidió imitarla.
Al cabo de un rato, las risas terminaron. El ambiente estaba tranquilo, para nada tenso. Jason se dirigió a Thalía y le preguntó porque había comenzado a reír.
-Si no puedes vencerlos, únete a ellos-contestó haciendo un leve movimiento con sus hombros.
Sin más, se despidieron, y acordaron verse al día siguiente, sin olvidar pedir un café esta vez ni sonreír.