Una misión

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-Aunque bueno. Hana, por lo que me dices, es un apodo,¿no?
-Así es-contestó mirando el suelo-En realidad, mi nombre es Aranel.
-Lindo-comenté sonriendo.
-Gracias, el tuyo igual

Ambas reímos, para luego ir a descansar.

Narra Aranel

Al amanecer, sentí un cuerpo que se me lanzaba.
Abrí mis ojos un poco, la luz que alcanzaba a entrar me llegaba a la cara.

-Vamos, tenemos que buscar a tu novio-llamó una ____ emocionada.

Le miré un poco, para luego taparme con la sábana.

-No es esa tu misión-dije poniendo mi antebrazo en los ojos- Debes ir a la Puerta Negra, ahí recordarás lo que viviste antes.
-Mmm...vale, entonces vamonos

Nos alistamos, pero a mitad del camino, escuchamos orcos. Lo que menos queríamos, eran problemas, así que corrimos tan rápido nos dieron los pies.
Noté como Legolas,Anien y ___, trataban de ir mas rápido, competian de seguro.
Le tomé la mano a la humana, quien aceptó y corrió conmigo.
Pudimos ganarles a los otros dos, haciendo que se sorprendieran.
Llegamos a un árbol, al cual subimos y descansamos un buen rato.
Respirabamos por la boca, habíamos corrido demasiado y de forma rápida.
Teníamos la cara roja y una capa de sudor la adornaba.

-Así que...-la elfa trataba de recuperar el aliento-¿A donde iremos, Hana?
-Ah, lo olvidé. Como ya le dije a ___, mi nombre no es el de Hana. De hecho, es un pequeño apodo. Mi nombre real es el de Aranel
-Entiendo, y nuestro destino es...
-Primero que nada, Rivendel-contesté memorizando-Con suerte, y mucha. Nos reciben cordialmente
-¿Con suerte? ¿Por qué?-preguntó ____
-Ñeee...no tengo muy buena fama ahí

Bajamos del árbol, comenzando a caminar tranquilamente. Por mala suerte, ___,aún es muy joven y se cansó.

-Tch...necesitamos llegar-murmuré enfadada.
-La cargaré-anunció el rubio.

Asentí, riendo, ya que habíamos planeado eso desde hacia rato.

Narra Legolas

La tomé en brazos, era linda, siempre lo fue. Esa hermosa mirada inocente y llena de ternura, era mi locura.
Tan preciosa, delicada pero también ruda. Una belleza única.
Pasamos un buen rato caminando, hasta oír una flauta sonar.

-Aquella canción...-susurró la castaña-¡Es el!

Salió corriendo en esa dirección, quedandonos nosotros tres ahí

No me quiero enamorar (Legolas y tú) Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora