Uno

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Leah estaba mirandose en el espejo por décimo quinta vez. Para cualquiera sería una exageración, pero para ella era algo completamente necesario. Ella sabía que lo que haría algo necesario, algo que debía hacer para sentirse bien, algo para cerrar un capítulo en su vida.

La puerta de su habitación se abrió e hizo que Leah se volteara para ver a su mejor amiga Beth, parada en la puerta, observandola. Hizo un leve gesto indicándole que se veía bien y camino hasta la cama para sentarse sobre ésta.

-¿Segura de que quieres hacer esto?-Leah soltó un pequeño suspiro pensando.

-Beth, creeme que es lo que quiero hacer, lo necesito. -su amiga asintió levemente escuchando su explicación-. Me va a ayudar a olvidar esto a seguir con mi vida...

-Sigo pensando que sólo lo deberías dejar ir y ya -soltó una pequeña risa mientras Leah se sentaba a su lado.

-Tonta, ¿dejarlo ir?. Sonaré cruel y todo, pero quiero que sufra al igual que lo hice yo por él... -Leah se encogió de hombros mientras pensaba, este plan lo llevaría acabo como fuera.

-Vale, pero sabes que cualquier cosa cuentas conmigo. -su amiga le dió un abrazo al cual ella correspondió rápido.

Podía ser que algunas veces no estuvieran de acuerdo, pero de algo estaba segura Leah y era que tenía a la mejor amiga del mundo. Beth había estado con ella en todos los momentos importantes de su vida, buenos, malos, todo e incluso la apoyaba en todo, no importaba que no estuviera de acuerdo, la apoyaba. Como estaba pasando en estos momentos.

Leah se levantó y fue hasta su comoda para tomar su bolso. Volvió a donde Beth y besó su mejilla dedicándole una pequeña sonrisa.

-Prometo que te llamaré en cuanto pueda. -riendo, levantó su meñique para cruzarlo con el de su amiga.

-Bueno, me avisas si necesitas refuerzos. -Beth dejó escapar una pequeña carcajada mientras cruzaban sus meñiques.

Leah abrió la puerta de la habitación y salió caminando hacia la puerta principal. Ya estaba más que lista para la venganza que tenía planeada para su ex amor. Abrió la puerta principal y salió del apartamento que compartía con la que casi era su hermana.

-Te amooo. -la escuchó gritar desde la puerta mientras se subía a su auto.

Leah sonrió mientras se despedía de ella con su mano y puso el auto en marcha. Las proximas dos horas serían de camino hasta llegar a su destino. Miró el reloj "3:30 p.m.". Bien, llegaría a eso de las 5:30, no estaba nada mal. Sólo esperaba que todo este plan resultada.

Hacía 5 meses que Leah conocía a Justin, pero no lo había conocido como a cualquier otra persona... Leah había conocido a Justin por internet. Parecía loco, incluso para ella, pero algo los había conectado y llevado a conocerse. Tenían varías cosas en común y a Leah le parecía un buen chico, al menos por ahí.

Más allá de ser un chico bueno, Justin era todo un seductor y pervertido, pero ella debía admitir que le encantaba eso, le encantaba sentirse deseada por él. Recordaba las muchas veces que él le había dicho a ella que se moría de ganas de verla y que sería capaz de viajar las horas necesarias para hacerla suya, pero eso nunca pasó.

Así fue como ambos recurrieron a la famosa moda del "sexting". Leah toda su vida se había negado a hacer ese tipo de cosas por miedo de que esas fotos dañaran su reputación, pero de algún modo la honestidad y la madurez de Justin la llevaron a aceptar tal proposición. Lo había dejado verla desnuda por fotos (sin su cara, claro), sólo para ver que provocaba en él y las recompensas habían sido demasiado buenas para lo que esperaba.

Revenge (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora