—...Y no importa cuanto tiempo más quiera ocultarlo, es inútil, Guillermo —murmuré, tragando en seco, a la vez que tomaba una de sus manos y la apoyaba contra mi pecho—. ¿Sientes cada latido? Cada uno de ellos es por ti, solo y únicamente por ti —musité, manteniendo su mano contra mi pecho.
Mi pulso iba acelerado y realmente, no me importaba que él lo supiera. Iba a ser sincero al 100% con él. No más mentiras ni cosas que ocultar.
Alejé su mano de mi pecho y la deje caer con suavidad mientas desabotonaba el puño de mi camisa y subía la misma hasta mi antebrazo, dejando gran parte de mi brazo visible. Fue imposible no observar a mi alrededor antes de realizar mi siguiente acción, una vez me aseguré que el auditorio se encontraba totalmente vacío tomé su mano nuevamente y la guíe hasta la parte interna de mi muñeca, sosteniendola contra el sector.
—¿Sientes cada cicatriz? Tu curaste cada una de ellas. 77 cortes, Guillermo, y tu hiciste cicatrizar uno a uno con tu apoyo y afecto sin siquiera saberlo —añadí, manteniendo constantemente mi mirada fija en él.
El lucía tan perfecto para mis ojos. Había noches en las que, cuando dormíamos juntos, me quedaba observándole por horas, buscando un solo defecto en él. Siempre me rendía al completarse la segunda hora, y nunca conseguía encontrar algún defecto. Ninguno.
—Tengo 17 años, ¿Que voy a saber yo de amor? No sé nada sobre amar o sobre relaciones, pero sí sé algo; quiero aprenderlo contigo —murmuré, alejando su mano de mi muñeca, y manteniendo la misma entre mis dos manos hasta acercar esta a mis labios y depositar un corto beso en los nudillos del menor.
Parece una broma que esté así por un chico de 15 años. Parece casi mentira que él haya salvado mi vida. Parece casi mentira que tenga a medio instituto colado por mi y yo solo lo quiera a él.
—Y estoy cansado de tener que esconderlo. Quiero gritar que estoy enamorado de ti. Quiero dejar de tener miedo cuando alguien lee que escribí tu nombre en los bordes de las hojas de mis cuadernos. Quiero dejar de tener que caminar siempre con mis manos ocupadas cuando voy junto a ti, temiendo de mis impulsos y querer tomar tu mano y dar un paseo. Quiero dejar de tener que interponer una almohada entre tu y yo cuando duermes conmigo, porque tengo miedo de despertar aferrado a ti. Quiero dejar de...-
—Estoy saliendo con alguien.
Sentí como mi burbuja de ensoñación se rompió con aquellas simples cuatro palabras, veintitrés letras capaces de romper mi corazón en un momento. Me sentí estúpido por no haberle dejado hablar antes y haber saltado este discurso digno de película cursi de las que ya no quedan. Me sentí humillado.
Y claro, por qué no seguir con el cliché de película cursi.
—¿Es una broma, verdad? —susurre, esperanzado de que fuera una broma de mal gusto y que se riera antes de besarme y decirme que era un tonto, que sentía igual que yo y que me necesitaba tanto como yo a él.
Sin embargo, esto no sucedió.
Lo observé con detenimiento a la vez que daba un paso hacia atrás, ¿Esto era real? Esto se veía irreal.
—¿Recuerdas a Frank? Estoy saliendo con él hace más de dos semanas. Hoy me pidió oficialmente que fueramos novios, y le dije que sí. Eso quería contarte. Quizá debí haber elegido hablar yo primero y así te hubiese ahorrado esto —murmuró, añadiendo esto último casi para sí mismo.
Fruncí mi ceño, poniendo en orden todo en mi cabeza, asimilando cuando habían quedado sin que yo lo notase, pensando en si había notado algo diferente en Guille estas últimas dos semanas, preguntándome el porqué me lo había ocultado.
—También quería devolverte esto —murmuró al par que se quitaba su pulsera de cuero, la cual era idéntica a la mía —. Él... Frank siente celos de ella, piensa que significa algo más, así que creo que es mejor que no la lleve más conmigo.
Sentí la fría placa de plata chocar contra la palma de mi mano cuando él dejaba la pulsera allí, se peinó su cabello y acomodó su camiseta antes de mirar su reloj y enarcar sus cejas.
—Tengo que irme. He quedado con Frank para comer, y no quiero hacerle esperar —habló, alzando su voz mientras bajaba del escenario donde nos encontrabamos—. Además, ¿Tu no tenias que estudiar para tu examen de Biología? Anda, luego te quejas de que te va mal, chaval —soltó con sorna, mientras tomaba su mochila, la cual descansaba sobre una butaca de primera fila — Nos vemos luego.
Y se fue. Sin decir si quiera una palabra respecto a lo que le había dicho, dejandome sobre el escenario del auditorio como si acabase de actuar la escena más triste de la obra. Observé la pulsera entre mi temblorosa mano y al momento de oír el clic de la puerta al cerrarse confirmé lo que temía. Lo había perdido.
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Les dije que no dejaría de lado el Wigetta :P Solo les pido paciencia, por favor.
Público esto cuando voy camino a Santiago, al ClubMediaFest^^ iré ambos días al evento, si alguna/o de ustedes va me encantaría poder conocerles(: pueden seguirme en mi Twitter (@/ytberslifesaver) para así poder coordinar o ver una foto mía que suba el día del evento, y así si me ven puedan reconocerme.
Espero que el escrito haya sido de su agrado, como siempre les digo; si hay alguna parte mal narrada o algun error por favor dejenmelo saber con un comentario, me ayudarían a mejorar^^
Por mi parte nada mas que añadir, muchísimas gracias por leer.
z4 un abrazo.
