''Lights off.'' (Wigetta)

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¿¡Vegetta!? —grité desde mi habitación, sin moverme de mi lugar en mi silla.

¿¡Willy!? respondió él, seguramente en las mismas condiciones que yo.

Con la racha de mala suerte que estoy teniendo, esto ya ni siquiera me sorprendía. Mi antiguo ordenador grababa los videos desincronizados o simplemente no los grababa y ahora, que creía todo iba a ir perfecto en respecto a los vídeos, la luz se iba mientras yo grababa. Así porque sí.

Moví a tientas mis manos por el escritorio hasta encontrar mi móvil, lo desbloquee se forma apresurada a la vez que me ponía de pie. Caminé hasta la puerta de mi habitación, usando el brillo del móvil como linterna, sorprendiéndome a mí mismo el no chocar con nada, conociéndome era capaz de romperme doscientos huesos solo caminando a oscuras. Bueno, quizá exagero.

Una vez salí de mi habitación caminé lentamente y a tientas por el pasillo que me guiaba hasta el salón y una vez allí me encontré con Vegetta, en las mismas condiciones que yo; caminando como si tuviese la edad de nuestros vecinos e iluminando su camino con el brillo que emitía la pantalla de su teléfono celular.

—Hombre, compañero ¿Todo bien?

Me sorprendía el que no estuviese molesto o quejándose, como lo haría normalmente, a diferencia de eso, podía apreciar con claridad una sonrisa en su rostro y la diversión que goteaba cada una de sus palabras.

—Aquí, sabes, gastando mi tiempo mientras debería de pensar en por qué leches se fue la luz.

Su risa llegó hasta mis oídos, y fue imposible el que mi ceño no se frunciese ¿Qué le hacía tanta gracia? ¿Se había golpeado la cabeza mientras salía de su habitación o simplemente era su defecto de nacimiento?

—Venga, Willy, no seas negativo. Piensa en el lado bueno.
— Haber, según tú ¿Cuál es el lado bueno de qué se haya ido la luz?— pregunté, alzando una de mis cejas, dudoso sobre si él podía ver mis expresiones con la poca luz que emanaban nuestros móviles.

De repente la luz que emitía la pantalla de su movil se extinguió. Mi ceño nuevamente se frunció y antes de poder dejar salir una palabra de mi boca, sus labios se sellaron sobre los míos. Sentí una de sus manos acomodarse en mi cuello y dejó que su mano libre se deslizase por mi espalda, hasta llegar a mi omóplato y comenzó a acariciar este con sus dedos, como solo él sabía que me gustaba.

Mis labios respondieron a los de él de forma casi inmediata, a la vez que acercaba más mi rostro al de suyo. Alcé mi mano izquierda hasta uno de sus brazos, apoyándome allí mientras acercaba más mi cuerpo al de él, manteniendo mi móvil en mi mano derecha. Aún con mis ojos cerrados podía distinguir la poca luminosidad que este emitía cerca de nosotros.

Sentir sus labios contra los míos era una sensación a la cual aún no terminaba de acostumbrarme, pero a la vez era tan tranquilizadora y necesaria que cada vez que lo besaba era imposible que una sonrisa no se me escapase contra sus labios; justo como ahora. A pesar de mi sonrisa, sus labios seguían unidos a los míos, aunque más torpes que antes.

Mordió suavemente mi labio inferior, y entonces mi sonrisa se borró. Aquella simple acción provocó que un escalofrío me recorriese con lentitud y fue imposible el no soltar un suspiro con suavidad. Él, aprovechándose de la situación, deslizó su lengua por entre mis labios. Mis hombros, mis caderas y mis facciones se tensaron de forma inconsciente, como pasaba cada vez que me sentía intimidado por él. Y ahí es donde las caricias en mi omoplato surgían efecto. Me relajaba casi al instante.

Giré mi rostro con sutileza, dándole así más acceso a mi cavidad bucal y pude sentir sus músculos tensarse bajo mi agarre en su brazo.

Aún con mi móvil en mi mano, alcé la misma y acaricie su mentón con suavidad, sintiendo como su naciente barba creaba un suave cosquilleo en mis dedos, obteniendo así la misma reacción que él obtuvo al acariciar mi omoplato; completa relajación.

Poco a poco comenzó a alejarse de mí, primero su lengua, luego sus labios y a los segundos su rostro ya estaba a unos escasos centímetros lejos de mí; escasos, pero innecesarios, desde mi punto de vista.

—¿Ahora ves que sí hay un lado bueno en todo esto, compañero? —susurró el, con clara diversión.
—Ahora que lo dices,...no. Quizá tengas que mostrarme con más claridad el lado bueno de que se haya ido la luz.
¿Cómo esperas que te muestre con claridad en la oscuridad, chiqui?

Podía oír la ternura en su voz, y este era otro factor que me enamoraba de él. Me trataba de formas tan cariñosas cuando era el momento y me insultaba cuando no era así. Suene raro o no, lo amo por eso.

Ilumíname, como siempre lo haces —susurré, acercando nuevamente mis labios a los de él, buscando un nuevo beso y una nueva caricia por su parte, aquellas que solo él sabía darme y aquellas con las que me creía incapaz de vivir.

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Espero que de una u otra forma hayan disfrutado leyendo(:

Primero que nada, quería disculparme por no haber actualizado en tanto tiempo. Realmente no he tenido tiempo, además de que estoy teniendo un montón de incovenientes últimamente D: —para que se hagan a una idea, he estado ya en dos liceos diferentes desde el inicio de clases —.

Espero y me entiendan. No prometo comenzar a actualizar con la misma regularidad que lo hacía en vacaciones, pero ya tengo varias cositas en mente, y varias a medias, que quiero subir lo más pronto posible.

Muchisimas gracias si has llegado leyendo hasta este punto, de verdad lo aprecio. z4 un abrazo.

''Drabbles.''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora