Era hora nocturna y sus pupilas húmedas tiritaban sosteniendo la última lágrima que mantenía. La luna, escondida ya, libraba a las estrellas de su carga dejando que éstas pudiesen, una vez más, lucir su maravilloso vestido. Él buscaba debilmente un sitio donde posar su mirada y descansar de la fría realidad. Temblaba indeciso,imaginando cómo el futuro que deseaba se realizaba. Agazapado en sí mismo se debatía entre el valor y el cambio, confundido por el miedo, pero al fin, decidido, la besó.
La besó sin pensar, pero no sin sentir. Fue uno de esos besos que dejan sin aliento, que dicen todo lo que el corazón no sabe formular con palabras. Fue un beso con un toque de locura, con un toque de amor, con un toque de "buenos días princesa". Uno de esos besos que desenvuelven toda una maraña de sentimientos, sentimientos que creía olvidados. Él la quería entre sus brazos por siempre, la quería besar hasta morirse, la quería posada en su mirada y perdida en su universo, la quería dentro de su caos, la quería ver en su cama cada mañana, la quería, simplemente la quería, y eso es lo que más le dolía admitir. Él sabía que dolería,sabía que no iba a ser fácil, pero es que amar es como pincharse con el tallo solo por poder después oler la rosa...
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Fallen
Short StoryLa mejor manera de encontrar es apartar el escondite. -Portada hecha por HumanEdition