Elena, después de sus repetidos encuentros con el Señor de Negocios, se había convertido más extrovertida y vanidosa de lo que ya era.
Su cuerpo había cambiado en un 100% y todo el mundo lo había notado. Los chicos la miraban más y tenía muchos más pretendientes de lo que yo podré tener en toda mi vida.
En fin...
El tiempo paso y Elena no paraba de tener sexo con quien ella creía era el amor de su vida.
A los 14 años ella ya era toda una experta en el tema de los hombres y el Señor de Negocios nunca podía tener suficiente de ella.
Una noche, mientras el hombre disfrutaba de los placeres que le ofrecía su joven amante, se distrajo tanto que paso por alto el método de protección que siempre utilizaban. No le dio mucha importación, ya que sabía que la niña tenía una metabolismo demasiado lento y que su primera menstruación ni siquiera le había llegado.
Pero lo que el hombre no tenía presente es que dos semanas antes la niña ya se había convertido en toda una señorita, pero, como podía ella contarle algo como eso? A pesar de que era la persona en la que más confiaba, incluso más que en mi, no era capaz de mirarlo a la cara y decirle que su primera regla le había llegado hace más de 15 días atrás.
A pesar de eso, ninguno de los dos le tomó importación a este tema, en ese momento ninguno se vio afectado con esta decisión, la niña, ahora mujer, no había salido embarazada de esa vez.
Al ver que no había pasado nada y que el placer era mucho mayor sin un método anticonceptivo, el hombre decidió repetir una y otra vez lo que alguna vez lo había preocupado.
Pero cada mujer tiene su estaba de ovulación, verdad? El hombre al parecer no estaba enterado de esto, y siguió como si nada lo que ya se había convertido en una rutina.
Al mes de que todo esto haya pasado, Elena se acercó a mi con un rostro digno de película de terror.
-Y a ti que te pasa?
-Necesitó ayuda Kenzie.
Nunca, repito, nunca, me había pedido ayuda desde que conoció al Hombre de Negocios. Y yo en mis ataques de celos infantiles decidí darle la espalda.
-Por que no le pides ayuda a tu amiguito? Tal vez y con el sientas mucha más confianza que con tu mejor amiga.
-Esto es en serio Mackenzie.
-Si? Pues esto también.
En ese momento hice algo de lo que ahora me arrepiento.
Le aventé el licuado de Princesas que tenía en la mano.
Lo se, me sentí muy protagonista de Glee en ese momento, pero cuando tu amiga, que prácticamente ya no te habla, viene y te dice como si nada que necesitaba de tu ayuda, lo mínimo que puedes hacer es vengarte un poco por lo que te hizo.
Juró que jamás vi tanta impotencia en los ojos de Elena a comparación de ese día. Apuesto a que la pobre quería estallar mi cara contra un ladrillo. Pero sé que si yo hubiera sido ella en ese momento y ella estuviera en mi lugar, me hubiera hecho algo muchísimo peor.
Así que no me siento tan mal después de todo.
Después de mi momento Glee, ella se volvió mucho más antisocial con las personas, ya no hablaba con nadie y sus hermanos me preguntaban constantemente que si sabía el por que de su actitud.
Y puede que yo hubiera sido muy mala persona al tirarle el licuado, pero algo que tengo claro es que nuestro pacto de amistad no se rompe ni con la peor pelea de la vida, así que no dije nada de nada sobre el Hombre de Negocios.
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El Diario de Kenzie.
Teen FictionQue puede contener el diario de una joven mujer? Sus mayores secretos? Miedos? Amores? Las historias más escondidas de la vida de unos peculiares protagonistas. Tan reales como nosotros.