Capítulo 9

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Jasper.

Carlos se separo de mi en cuanto llegamos al pueblo llevándose con el a los miembros de la manada que nos acompañaban, yo quedándome solo vague por las calles de Saint Jacobs tratando de no aburrirme, mi lobo Boscou estaba algo inquieto pero decidí ignorarlo y seguir con mi camino.

Y la ví, era tan hermosa, su cabello castaño obscuro, brillaba con la luz del cielo, piel blanca, enormes ojos marrones, nariz pequeña y respingona, labios rojos y un cuerpo de infarto, cierta parte de mi anatomía cobro vida en un instante, cosa que me sorprendió muchísimo pues nunca había reaccionado tan rápido ante una mujer. Camine decidido hasta ella, quería conocerla, saber todo de ella, pero antes de llegar una pequeña castaña llego corriendo donde mi chica misteriosa, la tacleo cual jugador de fútbol americano, mi lobo gruño enfadándose, y por un instante sentí que ella me pertenecía, mas no era posible, puesto que al olfatear en su dirección no me llego el aroma de su alma, eso que me embriagaria, sentí lujuria, deseo, mas no amor, que es lo que se supone que debería haber sentido si fuera mi mate.

Decidido ah averiguar que era eso que sentí, reanude mi caminata quedando frente a el par de mujeres que discutían desde el suelo, carraspée para hacerme notar ya que ninguna parecía haberme notado. Ellas giraron rápidamente su cabeza hacia mi, sorpresa, sorpresa, una humana y una incubo, justo a quien estaba buscando.

- Decidme sus nombres- dije con voz de alfa. Ellas se miraron entre si, lentamente se pusieron de pie, la incubó que al parecer era la mayor, estiro su mano, ofreciendomela en un cordial saludo.

- Presento mis respetos alfa, mi nombre es Megan y el de mi hermana es Maya, repito lo que le dije a su tercero, no queremos problemas, llegamos aquí en completa paz- dijo inclinando un poco la cabeza mas no me hizo una reverencia como se debe hacer, interesante, una rebelde.

- Eso espero criatura, los de tu especie ya causan muchos problemas como para tener que ocuparme de ti- en ese momento llegaba corriendo,  mi hermano Carlos, seguido de los miembros de la manada, entre ellos estaba Far quien venia esposado. Frunci el ceño mas nadie dijo nada, un tenso silencio se hizo presente. 

- MIA!!! - gruño Carlos, caminando a grandes sancadas hasta donde estaba la Maya y tomándola del brazo.

- Suelta a mi hermana perro- escupió la incubo, su voz a pesar del evidente enfado me pareció lo mas excitante que había escuchado nunca.

- Es mía criatura, no la soltare, llevo años buscándola y hoy que la encontré no pienso separarla de mi.

- Sueltame pulgoso, me estas haciendo daño, Megan sacame de aquí por favor- lloriqueo la humana, mirando suplicante a su hermana.

- Enseguida Maya- se giro a mi mirándome detenidamente a los ojos- alfa, pido que aleje a los miembros de su manada, no quiero hacerle daño a nadie, mas si su chucho no suelta a mi hermana se quedara sin su brazo- advirtió furiosa, sus ojos comenzaron a oscurecerse.

- Carlos, sueltala, vamos hermano.

Tome a mi hermano y trate de hacerlo que soltara a na humana, sabia que no podía separarlo mucho tiempo de su mate, pero tenía que pensar en un plan para tener a ambas hembras sin ocasionar una pelea enfrenta de los humanos. Caminamos alejándonos de ellas, mi hermano tenia una expresión torturada en el rostro, palmee su espalada tratando de darle ánimos.

- Te prometo hermano que estarás con tu mate muy pronto, pero necesitamos un plan para tenerlas.

- ¿ Tenerlas? a ambas ?.

- La incubo, su sangre, su piel me llaman siento algo extraño más no me llega su aroma.

Y en silencio llegamos a la manada cada uno sumidos en sus pensamientos.  

Mi Alma ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora