Capítulo 1

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Los observo desde el marco de la puerta, no se han dado cuenta de mi presencia.

Katniss sostiene a Thomas mientras Peeta le hace cosquillas. El pequeño inunda la habitación con su risa de muñeco. Peeta retira una mano de la tripa de Thomas y la posa delicadamente en la mejilla de Katniss. Ambos se miran fijamente a los ojos.

En ese momento entra Effie.

- Aquí está mi ni... - se para al ver la escena y sus ojos intentan contener las lágrimas, aún está sensible tras el embarazo – mis niños – dice y abraza a los tres.

Si, ellos también son como nuestros hijos. Cualquiera que me viera con Katniss no dudaría que es hija mía, no sólo nos parecemos en el carácter. Peeta en cambio es como Effie, ellos son pacientes, calmados, aguantan todos nuestros cambios de humor e improperios. Se merecen un monumento por soportarnos. Han visto nuestro lado más oscuro y sin embargo ahí siguen.

Peeta y Katniss no son nada, mas que dos amigos que duermen juntos y se espantan las pesadillas. Lo normal vamos ... El chico me lo contó hace unos meses. Él confía en mí, me cuenta sus cosas y yo intento ayudarlo.

Vuelven a estar como en el tren durante la gira de la Victoria, entonces no me lo dijo pero el rumor corría por los vagones. Ambos se necesitaban.

Y yo, bueno, me case con Effie y un año más tarde nació Thomas.

Unos meses después de que terminara la guerra ella vino al distrito a pasar un tiempo, no le quedaba nada ni nadie en el Capitolio.

Se quedó en mi casa, en una habitación de la segunda planta, yo apenas subía.

Ella y el muchacho limpiaron mi casa, y ella poco a poco la convirtió en un hogar.

Siempre había luz y varios cuadros de Peeta colgaban de las paredes.

Después de unos meses anunció que se marchaba y yo no podía permitírselo. Cogí su mano, la atraje a mi y la bese. Ella se quedo muy quieta al principio, no habíamos tenido ningún tipo de contacto y menos como ese. Pero luego puso sus manos en mis hombros y me siguió el beso.

Tras unos meses conviviendo ya como pareja el chico me ayudó a preparar una cena romántica y le pedí matrimonio.

Contrariamente a como ha sido siempre Effie hicimos una ceremonia sencilla y con poco invitados. Katniss y Peeta fueron nuestros testigos. Nos acompañaron Plutarch, Beetee, Annie con su pequeño y Johanna, la cual no paraba de guiñarme el ojo y decirme piropos ganándome malas caras por parte de Effie.

Hicimos una pequeña recepción en el jardín de nuestra casa.

Al llegar allí abracé a Katniss. Peeta y Effie contemplaban al hijo de Annie.

- Siempre pensé que sería yo el que te acompañara al altar y no al revés – le bromeé. Limpié las lágrimas que caían de sus ojos, esta vez lágrimas de felicidad no de tristeza y ella volvió a abrazarme – no te niegues la felicidad – le dije antes de ir a buscar a Effie para el baile nupcial.

Plutarch hizo sonar una bonita canción y yo baile con la que ya era mi esposa.

Mientras bailábamos vi como Johanna enganchaba a Beetee para bailar y Plutarch se acercó a Annie. De reojo vi como Peeta le pedía bailar a Katniss, ella dudó, me miró y aceptó.

A mitad de canción Johanna gritó:

- ¡Cambio de pareja!

Y antes de poder reaccionar sujetándome de la mano me arrastró hacia ella. Plutarch se puso a bailar con Effie y Annie con Beetee. Peeta y Katniss seguían bailando juntos, con los ojos cerrados, ajenos a todo lo que los rodeaba. En su mundo.

HAYMITCH - Tras la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora