Comenzaste a invadir hasta mis sueños y cada vez que me despertaba en mitad de la noche, te encontraba a ti mirándome dormir, me intimidabas.
Entonces me propusiste aprovechar también la noche y me enseñaste a desdoblarme. Duramos casi dos semanas intentando que yo lo lograra, a veces te desesperabas pero nunca te rendiste. En ese tiempo mis ojeras no desaparecían. La noche en que por fin pude salir de mi cuerpo, me tomaste de la mano y caminamos un poco por mi habitación, luego por mi casa.
A la semana siguiente, ya podía controlarlo y cada noche, una hora después de irme a la cama, ya estaba contigo caminando por ahí, asustando a la gente, hablando de la vida, caminando por lugares oscuros y haciendo otras cosas a las que no me hubiera atrevido si no te hubiera tenido a ti.
Ocupabas cada segundo de mi vida.

ESTÁS LEYENDO
Labios de muerta
General FictionNo recuerdo el momento en que cambiamos de papeles y ahora soy yo la que te sigue como tu sombra y, al contrario de lo que yo hice, no haces mas que ignorarme y seguir tu vida como si lo que me pasó no fuera tu culpa