A la tercera vez que fui a visitarte al hospital, sentí una presencia extraña y una voz que decía mi nombre, pero lo ignoré, de todas formas tu ausencia me enloquecía.
En esos días que salía al parque, extrañaba en sobremanera el olor de tus cigarrilos, así que decidí comprarme una caja sólo para sentirte más cerca. Después de unos días pensé que podría sentirte más cerca si tenía un cigarrillo en mi mano, unos días después los comencé a poner entre mis dientes. Al final terminé fumando.
El tercer día de estar fumando ya me había acostumbrado y el humo entrando por mi garganta escocía pero ya no me hacía toser. Pero al tratar de encender un cigarrillo, el viento apagaba el encendedor cada vez que yo giraba la piedra y comenzaba a salir gas.
Era algo extraño, pero sentía que eras tu quien no me dejaba fumar.
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Labios de muerta
General FictionNo recuerdo el momento en que cambiamos de papeles y ahora soy yo la que te sigue como tu sombra y, al contrario de lo que yo hice, no haces mas que ignorarme y seguir tu vida como si lo que me pasó no fuera tu culpa