Capítulo 39.

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Narra Demi.

Debía aceptarlo ella me hacía sentir enamorada, no sabía cómo pero cada vez la sensación de querer estar solo con ella era más evidente en mi y esperaba que esto no terminara era primera vez que me sentía así por alguien y en realidad no quería sentirme así por nadie más que no fuera ella, tomé un poco de ropa y la metí en una de mis bolsas, mis cuadernos y libros que necesitaba para las clases del día siguiente y bajé.

Diana: ¿y tú dónde vas?
Demi: am dormiré en casa de ___.
Diana: supuse que dirías eso.
Demi: volveré el martes luego de la universidad.
Diana: ¿me estas avisando o me estas pidiendo permiso? Porque jovencita usted vive aun bajo mi techo y ya sabes mi casa...
Demi: lo sé, lo sé, tu casa tus reglas (la interrumpió) ¿pero puedo ir?
Diana: claro pero llámame si necesitas algo ¿de acuerdo?
Demi: si mamá no te preocupes llamare en caso de que te necesite.

Narra Demi.

Me despedí de mamá, tomé la bolsa con mis cosas y emprendí el camino a casa de ___ me apresure lo mas que pude y en cuanto llegué al edificio subí de inmediato, toqué el timbre junto a su puerta y en un segundo escuche un ladrido y vi abrirse la puerta, al verme me sonrió y se hizo a un lado para que pasara yo entré y en cuanto lo hice deje mi bolsa caer, puse mis manos sobre sus mejillas y bese dulcemente sus labios.

Demi: ya te extrañaba (volvió a besarte).
tú: nosotros te extrañamos mucho más (la besaste y esta vez mordiste sensualmente su labio inferior mientras cerrabas la puerta y llevabas tus manos a sus caderas apegándola a ti y a la misma vez aprisionándola contra la pared).

Narra Demi.

No sé que me paso pero en cuanto entre todo se volvió una batalla de besos entre nosotras, sentía sus labios sobre los míos y su lengua intensamente chocaba con la mía tan fogosamente como aquella primera vez que nos besamos, nos separamos un segundo y al abrir mis ojos podía ver la fogosidad que mantenía su cuerpo además de la picardía con la que me sonreía, se aproximó a mis labios y volvió a besarme, entre besos nos dirigimos a la sala y nos sentamos en uno de los sillones sin dejar de besarnos podía escuchar a rufus ladrar pero en verdad no quería dejar de besarla, nos separamos un segundo y ella miro al can quien solo hizo un agudo sonido con la garganta, ella me miro y dijo.

tú: ¿te parece si vamos a mi habitación?

They Dont Know About us.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora