La gran noche parte 2

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El agua comenzaba a enfriarse y Erica estaba muy comoda, recostada encima de Tomás, sin decir una sola palabra, solo abrazados despues de un buen sexo. Tomas se movió y ella cayó en la cuenta se que debía estar incómodo, así que sin siquiera mirarlo se levantó de donde estaba. Salió de la bañera y se envolvió en una toalla, sacando otra y acomodandola para que el la tomara, así mismo salió del baño, se dirigió a su cuarto y se puso lo primero que encontró (una camisilla y unos boy short) se reacomodó su coleta y salió nuevamente, encontrandose a Tomas con la toalla envuelta a la cintura parado en la puerta del baño con cara de satisfecho y su sonrisa pretenciosa.


-Pensé que ya te habías ido- Erica lo miró de reojo alzando una ceja, automáticamente le cambió el gesto, quedandose serio.


-¿Me vas a decir que fue solo sexo?- ni el mismo creia que esas palabras salieran por su boca


-¿Y que mas se suponía que fuera?


-¡No lo se! ¡Pero fue unico!- ¿Erica estaba escuchando bien?


-¡wow! Al parecer te hace falta sexo mas a menudo, porque si piensas que esto fue algo mas es porque te falta cerebro...


Tomas no pensaba seguir ese juego, asi que siguió caminando hasta la sala, recogió su ropa y entro de nuevo al cuarto de baño, dando un portazo, sabía que era infantil el gesto, pero era lo unico que expresaba su frustración.


Puso todo encima del mueble del lavabo y comenzó a vestirse muy muy molesto, se puso su ropa interior y la camisa, siguió con las medias, al tomar el pantalón se quedó encajado en una de las gabetas. Tomas jaló y abrió la gabeta, poniendose el pantalón... vió algo brillando al fondo de la gaveta y decidió sacaralo, se quedó de piedra con el marco de foto en las manos, mirando a Zoé, su sobrina sonriendo en esa foto. El marco se le resbaló de las manos y cayó al suelo rompiendose el cristal. Erica entró corriendo del susto al cuarto de baño quedando pálida al ver lo q estaba en el suelo. Tomas la miró y su expresión cambió a una de enojo y rabia, no entendía porque esta mujer tenía una foto de su sobrina fallesida, pero tampoco quería preguntarle, no ahora. Tomó sus zapatos y salió sin decir ni una sola palabra.


Erica resbaló hasta terminar sentada en el suelo mirando la foto que llevaba 2 años encerrada en un cajón. Recordó tantas cosas y aún no podía mirarla a la cara, ella sabía que fué su culpa, si tan solo la hubiera cuidado mejor, pero ya era tarde, Zoé no estaba y nada la traería de vuelta. Cuando se dió cuenta las lágrimas que había mantenido a raya por dos años brotaron sin afan de detenerse y así, Erica lloró, sola y desconsolada hasta quedarse dormida en el suelo del cuarto de baño.



-¡No te la lleves! ¡Por favor, no te la lleves!


-Ya es tarde, se va conmigo


-¡Haré lo que pidas, pero no te la lleves!


-Eso debiste de pensarlo antes.


Erica vió como José salía de su casa con su hija de 2 años en brazos y sabía que lo mejor era dejarlo marchar, para que no se enfadara mas, pero su corazón no se lo permitía, salió corriendo detras de el, que ya estaba dentro de su auto, arrancando el motor, Erica corrió lo mas que pudo, pero José pisó el acelerador, mirando por el espejo retrovisor, no se percató que la luz cambió de color y un camión lo impactó por el lado donde iva Zoé en su asiento, el auto dió varios giros, muriendo los dos al instante. Erica corrió y corrió, pero no pudo llegar al coche, gritó y corrió lo mas que pudo, pero el camino cada ves se hacìa mas largo. Así despertó, sobresaltada, sudada e intentando alcanzar algo que nunca ha podido. Se estiró lo mejor q pudo y notó el dolor en todos los huesos por dormir en el suelo. Se levantó, volteó la cara, no quería ver la imagen, caminó hacia el mueble de los licores y tomó la primera botella al alcance, tomó un vaso y comenzó a tomar, tenía un largo camino para comenzar a olvidar.


Tomas no podía dejar de pensar en Erica ni en porqué ella tenía una foto de Zoé escondida en el cajón del lavamanos. No entendía nada, ese día estaba trabajando cuando lo llamaron a informarle que su unico hermano había tenido un accidente junto a su sobrina, el angel hermoso que su madre no había querido y había abandonado a su suerte con su abuela. Ese día José tenía que buscarla para que compartiera con ellos como hacía todos los meses, la traia a casa por unos días. Todavía no entendía como podía existir un ser sin corazón, capáz de dejarla a su suerte, si el de nada mas verla la primera ves ya la amaba. Los acontesimientos del accidente fueron claros, su hermano se brincó una luz roja y un camión le impactó, murieron los dos al instante. Esa mujer nunca se presentó por su casa, ni siquiera se preocupó por saber donde estaba el cuerpo de su hija. El se había jurado encontrarla y hacerle pagar por su indiferencia, pero parecía que se la había comido la tierra.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2015 ⏰

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