Capitulo 3

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Siena bajo del auto, vio la puerta de su escuela, a la que también iba el hijo mayor de Jhon. Suspiró y, dispuesta a arreglar las cosas con Zac, entró.
Al verlo corrió hacia el...
-hola Zac- Siena saludo- podemos hablar?
-que quieres?- preguntó refunfuñando- ya dije que no quería saber nada de ti.
-¡aunque sea dejame hablar!- suplicó.
-pues apurate, no tengo mucho tiempo- pidió Zac.
-no quiero que nos llevemos mal, enserio quiero que seamos amigos- dijo Siena- ¡dame una oportunidad!- rogaba Siena.
-lo que quiero aquí es hacerme muchos amigos y pasar el año y tu te ves bastante popular así que...
-es un si?- preguntó entusiasmada Siena.
Zac, feliz asintió. Se dirigieron hacia los amigos de Siena. Zac tenía razon, era muy popular. Esa mañana estuvieron conversando todo el día, hablaron, tomaron algo en el café de la escuela y más tarde sonó la campana, lo que indicaba el comienzo de la clase de historia. Todos entraron al salón y se acomodaron en los bancos, al entrar el profesor Crime todo el murmullo que, hasta entonces había, paro.
-hoy tenemos con nosotros a un nuevo alumno, Zac Park- el señor Crime presentó a Zac.
El se paro y saludo a toda su clase.
-chicos, saquen sus libros y lean, en voz baja, la página cincuenta de el libro...- exigió el sr. Crime.
Al terminar la clase más aburrida que nunca jamás se halla dado en el planeta tierra, Siena, Zac, sus amigos y todos los demás salieron para un break, un rato libre, un RECREO...
Unas cuantas horas más tarde, el día de clases ya había concluido. Los paso a buscar Marie. Ya que, tanto los padres de Siena como los de David y Zac, arreglaron para turnarse y apollarse entre sí.
El viaje de regreso hacia la casa estuvo MUY callado. Marie no quiso hablar debido a que no sabía si las cosas entre Zac y su hija seguían tensas. Ella sabía que al llegar a la casa su hija, Siena le hablaría sobre absolutamente todo.
Marie, Jhon, Cristopher, Mariel y, hasta el pequeño David se pusieron muy contentos al escuchar que todo entre Siena y Zac estaba solucionado...
Decidieron "festejar". Jhon abrió una botella de vodka y la sirvió en el vaso de su esposa, su mejor amigo y su mujer. A los niños les sirvió Coca-Cola. Siena y Zac comenzaron a protestar acerca de la bebida que estaban tomando. David también lo hizo, a diferencia de que a el se le rieron en la cara.
-perdón por tocar el tema recién ahora, se que es muy inoportuno- dijo Cristopher- Jhon, mañana puedes llevar a Siena a una fiesta?
- si amigo, no te preocupes- respondió Jhon.
A la noche salieron ambas familias a comer hamburguesas. Al volver a sus respectivas casas las luces de ellas se apagaron y todos durmieron.
Al otro día...
Siena se despertó.
Zac se despertó.
Siena se paro de su cama.
Zac también.
Las familias de ambos ya estaban despiertas.
Siena fue al baño, se lavó la cara, los dientes y se dirigió hacia su guardarropas.
Zac fue al baño, se lavó la cara, los dientes y se dirigió hacia su guardarropas.
Ambos se vistieron. Zac se puso una camisa con rallas, un pantalón muy bello, una chaqueta y unos zapatos negros. Siena se puso una blusa negra con la espalda bordada, un pantalón blanco, un saco blanco y unas Converse negras de cuero.
Ambos se perfumaron y peinaron, en verdad, más ella que el.
Agarraron sus bolsos y bajaron al comedor a desayunar junto con sus familias. Al finalizar, Mariel agarró su coche para llevar a Siena, David y Zac hacia la escuela... Primero dejó a David. Al irse siguio viaje hacia la escuela de los más grandes. Mariel comenzó a hacer preguntas sobre la gente, las clases y los profesores de la escuela. La única respuesta de Siena y Zac a todas la preguntas era, ¡GENIAL!. Pasa que en verdad daba un tremendo cansancio comenzar a redactar oralmente respuestas a las 07:00 am.
Llegaron a la escuela y los jovenes, felices, bajaron del automóvil. Se dirigieron hacia sus amigos. Comenzaron a hablar por un buen rato hasta que el exorbitante sonido de la campana indicó que la hora de álgebra comenzaba. Todos se dirigieron hacia el salón y se sentaron en sus asientos. Al llegar la profesora Lilí, todos los alumnos abrieron sus libros para comenzar a realizar actividades. La campana que anunciaba el recreo por fin sonó. Antes de que todos sus alumnos abandonen el salón corriendo y anunció que el primer examen se haría la semana entrante. Al finalizar de hablar, ella salió corriendo. Lamentablemente las campanas se repiten muchas veces diarias y muy rápidamente. Por lo tanto volvieron al salon y siguieron hablando. Se callaron al instante al escuchar el grito de la Sra. Coll.
-saquen sus libros y hagan todas las actividades de la página cuarenta, cuarenta y cinco, cuarenta y seis, cuarenta y siete, cuarenta y ocho, cuarenta y nueve, cincuenta, cincuenta y uno y cincuenta y dos. Además, antes de realizar las actividades, lean el relato escrito en las páginas cuarenta y uno, cuarenta y dos, cuarenta y tres y cuarenta y cuatro- ordenó la Sra. Coll.
Los alumnos, asustados, abrieron sus libros y realizaron el pedido.
Siena y Zac se miraron.
-que se miran?- preguntó enojada Sue Coll- ¡se estaban copiando!.
Ambos negaron con la cabeza, pero ella no les creyó.
-vayan ya mismo con el director- ordenó.
Ambos jóvenes salieron del aula y se dirigieron hacia la dirección. El director, Sr. Harry les preguntó si lo que decía la Sra. Coll- era verdad. Ambos lo negaron rotundamente. Aún así llamaron a sus padres. Llegaron a la escuela hacia el instante.
-que ocurre Sr. Harry- preguntaron los padres de ambos jóvenes al mismo tiempo.
-los encontraron copiándose en un ejercicio en la clase de literatura de la Sra. Coll.

Ninguno de los padres lo podía creer. Sabían que sus hijos no eran capaces de aquello.
-Lo lamento, yo tampoco lo esperaba- dijo Harry- pero... Quedaran suspendidos por una semana.
-que?- preguntaron sorprendidos los padres.
-esperó que puedan ponerse al dia- pidió Harry.
El director se retiró. Cristopher, Jhon, Marie y Mariel miraron furiosos a sus hijos.
Al llegar a la casa los padres preguntaron lo que ocurría.
-juro que es mentira- dijo Siena.
- y entonces?- preguntó Jhon mirando a los dos jóvenes.
-Lo que ocurrió es que la profesora de literatura comenzó a gritar, nosotros nos sorprendimos y por ello nos miramos.
Los padres suspiraron. Sabían que sus hijos no eran capaces, por eso le creyeron...

El amigo de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora