Nuevo comienzo X

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La chica de la foto del capítulo es Sheila Parket.

¡A sido un día en el gimnasio agotador!. Hemos estado corriendo, saltando, haciendo volteretas y compitiendo en kárate. Lo bueno es que ya se ha terminado. Aunque para mi hermano, que esta en segundo de secundaria y tiene extraescolares, sólo acaba de empezar.

Me dirigí a mi taquilla, sola — como siempre —, para coger mi libro de matemáticas e irme derechita a mi casa.

Llegué a la salida sin sufrir daños de la muchedumbre estudiantil saliendo a última hora, y respiré aliviada por el mero hecho de no haberme encontrado con Mandy y sus "respetables amiguitos".

Me vibró el móvil. Seguro que sería mi madre preocupada porque no me llevé la merienda, pero, por milésima vez, volví a equivocarme.

"¿¡Que querrá ahora!?" - pensé mientras miraba el móvil enfadada. No estaba enfadada con mi madre, sino por mi amargada, repentina e insultante vida.

El mensaje de mi madre decía: "Sheila, ven rápido a casa que tienes una visita importante

Besitos de tu mamuchi :3"

Esa carita de los dos puntos y ese tres nunca la he entendido. No se vosotros, pero a mi me parece una cara con dos bocas misteriosamente enormes. En mi opinión, da miedo.

Pero bueno, al principio no entendía que estaba pasando en relación con el mensaje. Nunca tuve visita inesperada, y mucho menos "importante".

Aún así estuve pensando todo el camino en quien podría ser... Los nervios y la curiosidad podían conmigo.

Llegué a mi casa, la cual mi madre me abrió la puerta con una pequeña sonrisa pero con triste rostro.

— Sheila, te presento al profesor Charles Xabier, del instituto Xabier — dijo mi madre mostrándome a un señor muy maduro, calvo, con cara seria y que iba en silla de ruedas.

"Menudo recibimiento mas agradable...".

Nada mas llego a casa, ¡ZAS!, me quieren cambiar de instituto... fantástico... — noten mi sarcasmo.

— Perdón, pero no conozco ese instituto — me disculpé. Era lo único y menos insultante que podía decir en ese momento.

— Ese instituto está muy lejos — dijo el profesor intimidándome con la mirada. Por la forma en la que me miraba, sentía que yo me hubiese tragado a su familia o algo y que por eso me odiaba.

— Y ellos son Scott y Jean. Estudiantes de ese maravilloso intituto — dijo mi madre alegremente intentando que el profesor Xabier y yo dejasemos nuestras miradas arranca-cabezas de otro lado.

Mi madre sabe mejor que nadie lo que les puedo hacer a los simples mortales cuando tengo un mal día o me tocan los ovarios nivel Mandy...

— Ya... ¿y que hacen aquí?. No estoy tan mal en los estudios — dije bordemente, como no.

— Hija, entra en casa... — me dijo mi madre algo triste. Siempre ha sido así de misteriosa, pero la quiero igual.

Yo entré sin entender nada. Tenía una extraña sensación de que a partir de ese día, mi vida cambiaría para siempre — y acerté.

Me senté en el sofá junto a mi madre, y el profesor se quedó en su silla entre los llamados Jean y Scott, quienes estaban de pie.

— Sheila, sabemos que esto te va a parecer raro, pero en ese instituto todos somos tan especiales como tú — dijo Jean dando un paso hacia mi, a lo que yo retrocedí un poco mi cuerpo a su polo opuesto.

No se vosotros, pero yo ese "tan especiales como tu" me lo tomé como el peor de los insultos más insultantes de este mundo. ¿¡Como se atrevía esa chica a llamarme especial!?, ¡yo no soy especial! — bueno, tal vez un poquito si —. Pero eso no significaba que esa tal Jean podría llamar especial a todo el mundo sin esperar que este se enfade.

— ¿Como especiales?... No entiendo... — pregunté. Quería asegurarme de que su "especiales" no sea en el sentido que yo me esperaba.

— Sabemos tu "secreto" — dijo el profesor haciendo con los dedos las comillas.

En ese momento mis ojos se abrieron como platos. El secreto de mis poderes solo se lo había dicho a mis padres y a mi hermano, quienes me prometieron que no se lo dirían a nadie, y estoy segura de que no lo han echo.

Apoyé mi cabeza sobre el sofá. No podía creer que en ese lugar todos eran como yo. Yo nunca quise ser normal. Me encantaba ser una mutante y tener poderes. Aun así, me alegraba saber que no era la única de todas formas.

— ¿Quien os lo ha dicho? — miré desafiante al profesor. No quería que se me notara en el rostro lo asombrada que estaba en aquel momento. Quería que me lo explicarán todo.

— Somos mutantes. No nos ha resultado muy difícil saberlo.

"Eso es verdad..." — pensé como si fuera algo obvio.

"Adivina cuales son mis poderes" — oí en mi cabeza esas palabras intencionadamente con la voz del profesor.

"¿telequinesis?" — me pregunté a mi misma en mi mente.

Alcé mi mente y observé al profesor mirándome a los ojos. Sonrió.

—"Profesor, no es necesario hablar telepáticamente pudiendo hablar" — era la voz de Jean.

— ¡Salid ya de mi cabeza! — grité.

Mi madre y Scott nos miraron como si nos hubiesen salido cinco ojos mas en la cara.

- Ya... ¿y cuales son vuestros poderes? - preguntó mi madre.

El profesor la miró detenidamente a los ojos antes de responderla.

— El mío es la telequínesis — ¿enserio? —, telepatía, proyección astral y detener el tiempo — contestó el profesor orgulloso de sí mismo.

— El mío es un rayo óptico contusivo de energía solar — contestó Scott también orgulloso —. Llevo gafas todo el tiempo porque no puedo controlar mis ojos. Vamos, que sí ahora no llevase las gafas y abro los ojos, no habría casa.

"Egocéntrico..."

— Ah... — dije temblando un poco. No le tenía miedo a él, sino a sus poderes.

—... y mis poderes son la telepatía, la telequinesis, pyroquinesis y la proyección astral — dijo Jean, pero yo no me había enterado nada de lo que dijo —. Pero a diferencia del profesor, yo soy un mutante omega.

— Ya... — me daba igual que era — ¿Y por que queréis hablar conmigo? — pregunté. Esa era la pregunta que mas rebotaba en mi mente.

— Porque queremos que te unas a nosotros — dijo el profesor.

"¿¡Como!?"

— "como lo oyes" — pensó el profesor en mi mente.

Vayase de mi mente!"

Continuará...

El pelo de Sheila cambia según sus sentimientos.

Cuando lo tiene negro, es porque está enfadada.

Rosa, alegre

Azul, triste

Rojo, enamorada o con vergüenza

Verde, tiene miedo

Y blanco, es seria o normal

Mi chica XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora