Tres días pasaron como si nada. Y para Niall, Harry estaba cada vez más alejado de él. Ahora apenas compartían un: Buen día.
Él la evitaba a toda costa. Y Niall se sentía cada vez peor. No solo por eso, sino que la culpa lo carcomía. Su voz había mejorado gracias a Anne.
Volvió a darle un sorbo a la asquerosa infusión que la madre del ondulado le había estado dando en los últimos dos días. Ya se había acostumbrado al mal sabor.
Matt entró a la cocina y se sentó junto a él. Ya no peleaban, y su mejor amigo le había pedido perdón por haberse comportado como un niño.
-¿Quieres ir a pasear por ahí, Niall? -le preguntó él.
-No lo sé, Mattie -suspiró él -No estoy de ánimos.
La puerta se abrió y él entró. Los saludó por lo bajo y se acercó al fregadero para buscar un poco de agua. Tan pronto como entró, se fue. Y a Niall el corazón se le encogió. Odiaba estar así con él. Simplemente lo odiaba.
-¿Sigue enojado? -inquirió Matt.
-Si -suspiró él y apoyó su taza sobre la mesa -Odio que esté así...
-Entiéndelo, Niall, heriste su orgullo...
-Yo no herí su orgullo -dijo frunciendo el ceño -Solo estaba enojado...
-Celoso -la corrigió él. Niall lo miró entrecerrando los ojos.
-Lo que sea -volvió a hablar -No quiero que esté así conmigo.
-¿Qué te parece si haces algo? No sé... una carta, una fiesta, lo que sea.
-No, esas cosas no sirven con él. Es terco como una mula.
-Entonces quédate sentado y espera a que se le pase el enojo. No creo que esté así por el resto de su vida.
Alguien volvió a entrar a la cocina. Ambos se giraron a verlo.
-Buenos días, Liam-le sonrió Niall.
-Buenos días a ambos -dijo el castaño y se acercó al refrigerador para sacar un poco de leche.
-¿Cómo te sientes? -le preguntó Matt.
-Mucho mejor, por suerte -contestó mientras se servía un poco en un vaso -Ya no siento tanto dolor, y el médico dijo que dentro de poco podré volver a mis actividades normales.
-Tengo algo para ti -dijo Niall.
El castaño frunció el ceño y lo miró extrañado.
-Es una carta de Zayn -murmuró Matt.
Al instante Liam se acercó a Niall y por poco y le arrebató de las manos el sobre blanco. Comenzó a abrirla casi desesperado pero se detuvo al ver que aun estaba en presencia de Niall y Matt. Carraspeó un poco.
-Voy... voy a ir a leerla a otro lado.
-¿Por qué? -preguntó Matt decepcionado -Queremos saber que te dice.
-¡Matt! -lo retó el rubio y golpeó levemente su hombro -No es de nuestra incumbencia lo que diga esa carta -miró a Niall -Ve tranquilo, Liam ... pero recuerda que todavía no puedes verlo. No después de que su padre vino a buscarlo hasta aquí.
-Lo entiendo -murmuró este sin dejar de mirar la carta.
-Si le quieres responder nos dices y nosotros le alcanzaremos la carta a el pequeño ...
-¿De verdad? -inquirió sorprendido.
-Si -sonrió Niall-No te lo había dicho pero ahora voy seguido a la casa de Zayn a darle clases de piano -le guiñó un ojo -Empezamos justo ayer... hoy tengo que ir de nuevo. Así que si quieres que le lleve algo, apúrate.
Salió de la cocina hecho una flecha. Ambos amigos rieron y soltaron un suspiro. Les encantaba hacer de cupidos. Siendo más jóvenes, se encargaban de juntar parejas en la preparatoria y siempre todo salía bien.
Niall volvió a tomar un poco de su té y miró la hora en el reloj. Casi se ahoga al ver que se le había hecho hiper tarde.
-¿Qué pasó? -preguntó Matt.
-Se me hizo tarde... tengo que irme ya hacia lo de los Malik -se puso de pie y acomodó un poco el lío que había quedado -Dile a Liam que mañana le llevaré la carta a Zayn. Ahora no tengo nada de tiempo.
-¿No quieres que te acompañe? -le preguntó él.
Niall le dedicó una tierna sonrisa.
-No, cariño. Puedes ir a darte ese baño de sales que tanto quieres...
-Odio que me conozcas tanto -aseguró él.
Niall tomó sus cosas y salió por la puerta de la cocina. Susurrando una vieja canción de cuna llegó hasta las caballerizas. Ingresó y divisó a su caballo blanco.
-White -lo llamó. Al instante el animal se giró a verlo y se acercó a él . Con una gran sonrisa Niall lo acarició y besó su hocico -¿Vamos a casa de Estrella? -él relinchó contento. Él rió -Vamos a ver al bonito de Apolo, cada día se parece más a ti.
Se subió a él y le dio la indicación para empezar a galopar. La tarde estaba perfecta para salir a montar. No hacía ni frío, ni calor. Pero un par de nubes se asomaban por el oeste.
'Tormenta' -pensó Niall.
Si había algo que él siempre había odiado eran las tormentas. Le daban miedo. Era raro de explicar. Pero un miedo que le nacía en lo más profundo de su alma. Y cuando era niño las sufría constantemente, ya que en el campo eran bastante comunes.
Pero siempre había estado él para cuidarlo. Harry había sido su súper héroe enmascarado, sin mascara claro. Siempre le hacía ver todo del lado bueno, y se quedaba a su lado hasta que los infernales truenos y relámpagos terminaran.
Sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Si tan solo él lo escuchara, podrían volver a esa infancia feliz sin ningún problema. Pero Harry Styles estaba empecinado en no hablarle. ¡Maldito testarudo! Había algo en él que Niall quería alcanzar. No sabía qué. Miró su mano y vio el pequeño anillo que él le había regalado el día de su cumpleaños número 12, antes de que se marchara. Si, aun lo tenía. Guardado claro, pero lo tenía. Y hoy a la mañana lo había buscado entre sus cosas y allí estaba. Ya no le entraba en su dedo medio, pero si en el índice. Tal vez si él le mostraba que también tenía guardado el regalo de Harry, lo perdonaría de una vez por todas.
Se detuvo justo frente al establo de los Malik. Allí estaban Estrella y el pequeño Apolo. Al instante White se acercó a ellos.
-Te dejo con tu familia, White. Vendré por ti en dos horas -le dijo.
Giró con intención de dirigirse a la casa, pero se sobresaltó ante la repentina aparición de un hombre allí. Lo miró bien hasta reconocerlo.
-Hola, Niall -sonrió soberbiamente.
Él se tensó. Jamás le había gustado tratar con él o con su hermano. Y al parecer las cosas no habían cambiado porque ahora tampoco le gustaba.
-¿Qué tal, Federico? -le preguntó solo por amabilidad.
Comenzó a caminar hacia la casa y justo cuando estaba por pasar a su lado, él se puso en su camino impidiéndole el paso. Niall se tensó aun más.
-Así que... ahora eres profesor de piano de mi hermano.
-Si, así es -asintió fríamente -Ahora, si eres tan amable de dejarme pasar. Se me hace tarde y él me está esperando.
Volvió a intentar pasar, pero Federico no se movió. Él lo enfrentó con la mirada, no dejándose intimidar. Federico era un hombre atlético, hasta podría decirse que era algo atractivo. Tenía rasgos endurecidos y su mirada era de un raro color miel. Pero Niall no lo encontraba lindo, de ninguna forma en la que lo viera.
-Tengo una gran duda, Niller...
-Soy Niall -lo miró mal -Para ti soy Niall.
-Lo siento -sonrió divertido -Mi duda es, ¿Por qué volviste?
-Ese no es asunto tuyo -intentó pasar, pero chocó de nuevo con él. Y si, ya se estaba cansando de él.
-Estás muy lindo, Niall.
Él respiró profundamente tratando de estar calmado. Pero su paciencia iba a llegar al límite y eso no iba a ser nada bueno.
-Federico, me estás cansando...
Él estiró su mano y le acarició un brazo. Niall retrocedió al instante, mirándolo ya algo perturbado.
-Vuelvo a repetírtelo, Niall. Estás muy lindo -se acercó un paso a él.
Por instinto, Niall comenzó a retroceder.
-Si... si te sigues acercando voy a gritar, Federico -le advirtió.
Una macabra sonrisa se curvó en su rostro. Y de repente el miedo invadió a Niall. Le dio la orden a sus pies de que corrieran, pero estos no obedecieron.
-Un beso no le hace mal a nadie -dijo él.
Niall abrió bien los ojos.
-¡No te me acerques!
Entonces sus piernas reaccionaron, pero cuando intentó correr él lo tomó de un brazo y lo pegó a su cuerpo. Niall comenzó a forcejear con él. Y si, el muy maldito era el doble de él, pero aun así presentaría batalla. Ningún mal nacido iba a propasarse con él, ninguno.
-Tranquilo -murmuró él.
-¡Suéltame! -gritó Niall-¡Ayuda!
-Nadie va a escucharte, Niall. Todos están muy ocupados hoy -se acercó más a él .
Niall echó la cabeza hacia atrás, para impedir que él lo besara. Tenía asco, demasiado asco de ese hombre. Y él olía a alcohol, lo más seguro era que estuviera borracho. Volvió a forcejear y comenzó a golpearlo en el pecho.
-Por favor, Federico, me estás lastimando -le rogó él .
La fuerza que estaba ejerciendo su mano sobre su brazo era demasiada. Y Niall comenzó a creer que si él seguía en cualquier momento iba a quebrarse.
-¿Qué crees que va a pasar, eh? -preguntó él y su boca tocó su mejilla. Niall cerró los ojos aguantando el miedo. Quiso largarse a llorar allí mismo -¿Crees que va a venir el imbécil de Styles en tu ayuda? Cuando éramos niños él siempre estaba a tu alrededor. Pero ahora ya no, Niall, ya no.
Y de repente se alejó de él en un respiro. Niall abrió los ojos para ver lo que pasaba. Y allí estaba Harry. En ese mismo momento le dio un puñetazo a Federico en el rostro, haciéndolo caer al suelo. Él se llevó una mano a la boca, y solo pudo quedarse allí parado.
Harry estaba completamente sacado. Había estado observando todo, ya que había estado siguiendo a Niall. Desde que él había informado que iría todos los días a la casa de los Montoya, Harry se había comprometido con si mismo a seguirlo para asegurarse de que llegaría bien. Y lo mismo haría con la vuelta. Él sabía, el presentía que aquel maldito infeliz sería capaz de una cosa así.
Se acercó a él y le proporcionó una patada en una de sus costillas.
-¡Tolero que robes nuestro ganado! -le gritó y volvió a golpearlo. Lo tomó de la nuca y lo puso de pie -¡Tolero que intentes quemar nuestras cosechas! -otro golpe más. La furia corría por sus venas -¡Tolero que intentes matar a mi primo, que no respetes a mi gente! -se acercó a él y lo tomó de la ropa acercándolo -Pero no voy a soportar que le toques un pelo a él , ¿entiendes eso, imbécil? -lo soltó y volvió a golpearlo.
-¡Ya, Harry, ya basta! -escuchó que Niall decía y pronto unos delgados brazos lo rodearon por detrás. La respiración del ruludo salía agitada de su cuerpo, mientras observaba a Federico tirado en el suelo, agarrándose el rostro -Vamos, Harry, por favor llévame a casa...
Él giró y su corazón se encogió al ver el miedo en sus azulados ojos. Ese infeliz debería morir por haberle causado aquello, claro que si. Lo acercó a él y le besó la frente.
-Tranquilo, ya pasó -musitó cerca del nacimiento de sus cabellos.
Niall escondió el rostro cerca de su pecho y se quedó allí. Estaba seguro de que no había lugar más seguro que ese.
-Por favor, vayámonos de aquí -le pidió.
Él asintió y comenzó a caminar sin dejar de abrazarlo.
-¡Eres un maldito infeliz, Styles! -le gritó Federico.
Harry lo miró sobre su hombro. El bastardo se estaba poniendo de pie. Su nariz sangraba y pronto tendría un ojo morado.
-¡Vuelve a intentarlo, Malik, no saldrás vivo la próxima vez! -le advirtió.
Sintió que Niall se tensaba contra él. Lo abrazó un poco más y volvió la vista al frente mientras se dirigían a su caballo.
Caminaron en silencio, simplemente abrazados. Él aun estaba alterado, se notaba por los leves temblores que daba su cuerpo. Jamás había pasado por algo como aquello. Y definitivamente no quería volver a pasarlo.
Entonces comenzó a pensar. ¿En qué momento llegó Harry para socorrerlo? Se alejó un poco de él y levantó la mirada. Él miraba fijamente al frente.
-Hazza -lo llamó. Él alzó ambas cejas en forma de pregunta -¿Cómo sabías que yo estaba...?
-Te seguí -contestó simplemente.
Los ojos de Niall se abrieron a causa de la sorpresa. ¿Él lo había estado siguiendo?
-Pero, ¿Por qué?
-Desde ayer decidí seguirte. No me parecía seguro que vinieras solo para estas tierras. Ya vez que es bastante peligroso -lo soltó y se subió al caballo. Le tendió la mano para ayudarlo a montar también. Pero Niall no se la dio enseguida.
-¿Me perdonaste, Harry? -le preguntó.
El ruludo lo miró fijo. Él en realidad no estaba enojado, solo confundido. Había decidido alejarse de él para aclarar un poco sus pensamientos. Soltó un suspiro.
-Vamos a la casa y hablaremos más tranquilos.
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Wild Horses {Narry} {Niall Horan y Harry Styles} [TERMINADA]
Любовные романыEs sólo una adaptación. Espero que les guste porque enserio es una de las novelas más adorables que he leído. Disfruten de la lectura. Todos los derechos a la autora.