Capítulo 20

298 26 2
                                    

 
Se giró para irse de nuevo. Pero Zico la cogió del brazo, cerró la puerta y la apoyó contra su cuerpo, entre él y la madera maciza de esta. Acarició su mejilla. Y sobraron las palabras. Zico empezó a comerle la boca, desesperadamente. No había luz, apenas, solo por un par de agujeritos de la persiana de la ventana de la habitación de Zico. ________ rodeó su cintura con los brazos. Él la abrazó. Ella apoyó su cabeza contra su hombro y empezó a llorar de nuevo.

- No vuelvas a decir eso, no vuelvas a insultarte. – dijo contra su cuello – tu eres lo más perfecto que mis ojos han visto nunca... y yo... yo...

- ¿Tu? – murmuró ________, separándose y mirándolo. Sus pupilas se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir la figura de Zico, y viceversa.

- Te amo, joder... te amo más que a nadie en este puto mundo. – volvió a besarla.

Y en ese instante, nada importó. Solo ella, ella... _________, que estaba entre sus brazos, que la quería, que la amaba, y se lo quería demostrar de todas las maneras posibles. No la dejaría marchar, no... porque sabía, ahora lo veía claro, no tenía dudas, de que... de que su corazón la había estado esperando a ella, y solo a ella... __________, que había llamado su atención desde el primer momento en que Park Kyung le había enseñado la sencilla foto. Ahora solo tenía ojos para ella, su corazón solo latía por ella, su respiración solo se agitaba por ella. Se había olvidado... hasta de Hyuna.

La desnudó. Sin dejar de besarla. La tumbó en la cama. Ella le apartó el albornoz.
Tuvo el placer de contemplar el bello cuerpo de Zico. Era completamente perfecto.
Zico sonrió y volvió a besarla, colocándose entre sus piernas. La acarició, toda... toda suya. Sus pechos ya estaban erguidos, y su sexo ya estaba mojado, invitándolo a entrar. Quería hacerla suya... dios... no deseaba nada más en estos momentos.
Mordisqueó el cuello de ________ haciendo que ella alzara las caderas. Zico buscó un preservativo, no aguantaba más sin poseer el cuerpo de su amada mujer.

- No. - ________ lo detuvo. – Tomo la pastilla. – Rodeó su espalda con sus brazos y lo acercó a ella. – Quiero sentirte... completamente. Sin... sin barreras de látex de por medio.

Zico gimió escuchando sus palabras. ¿Hacerlo sin condón? A carne viva... sentirla, a ella, a su interior, sin algo que lo cubriera... era la mejor propuesta que le habían hecho nunca.

- ¿Estás preparada para mí? – murmuró Zico besándole la frente.

________ asintió. Si hablaba se pondría a llorar. Apoyó la cabeza contra el hombro de Zico y se lo besó. Sintió como él empezaba a abrirse adentro de su propio cuerpo.

Zico no pudo evitar gemir al sentir... como la húmeda y estrecha carne de _______ comenzaba a apretarle el pe**. Pero algo lo detuvo. Había... alguna cosa allí. El corazón le latió fuerte. Ahora lo entendía todo, ahora entendía por qué __________ no había querido sexo con él, ahora... encajaban las piezas del puzle. La miró, conmocionado.
Ella tenía los ojos inundados en lágrimas. Aquel día la había visto llorar demasiado, y eso le dolía. Otra muestra de que lo que había allí, de lo que sentía, era mucho más que simple afecto. __________ abrió la boca para decir algo. Quizás otro 'te amo'.

- No me dejes... - murmuró, abrazándolo por la espalda, aún más fuerte. Zico le apartó un mechón de la cara y se lo colocó detrás de la oreja. La miró, con los ojos humedecidos.

- ¿Por qué te iba a dejar? Si esto es lo más hermoso que he vivido nunca...

Zico se tumbó detrás de _______ abrazándola. Le besó el cuello, el hombro. Ella sonreía. Los tapó a los dos.

- ¿Te ha dolido mucho? – murmuró en su oreja.

- ¿Te soy sincera? – se giró y apoyó su cabeza en el pecho de Zico. Él le acarició el cabello. – La verdad es que empezar... con una cosa como la tuya... duele bastante.

Zico se rió. __________ También.

- Lo siento.

- No pidas disculpas. Tendrás que compensarme. – se sentó encima de él. Y lo besó. Pasando los dedos entre los adorables cabellos de Zico.

- Eso ni lo dudes... - la apretó más contra su abdomen. – no has llegado... -murmuró, entristecido.

- La primera vez no se acostumbra a tener orgasmos... - ________ cogió la cabeza de Zico y la apoyó contra su pecho.

- Pero yo no quería que te doliera...

- Lo sé... has sido muy... cariñoso. – besó su cabeza. – Al menos tu si llegaste.

- Intenté que no.

_________ se rió.

- ¿Por qué?

- Me parece feo correrme antes que tu, o aun peor... que tu no lo hayas hecho.

- Bueno, estos días has hecho que me corra de lo lindo... así que estamos en paces.

- No es lo mismo.

________ se tumbó encima de Zico. Entrecerró los ojos. A pesar de la conversación, ella estaba feliz. Ya no era virgen, y el hombre que se la había arrebatado, había sido él... había sido Zico.

- ¿Por qué me dijiste que no te dejara? – dijo Zico apartándole el cabello.

- Porque... - _______ bostezó. – Con mi último novio lo estuve a punto de hacer... y él... cuando supo que yo era virgen... se fue. No volvió a llamarme... no volví a saber de él. Se ve que... buscaba alguna mujer con más experiencia.

- Pues no sabe la joya que se ha perdido. – sonrió, sin dejar de acariciar a
________. Nunca había sido un hombre romanticón, ni cursi... pero eso era... hermoso. Estar así, hablando, con la mujer a la que más amaba, con la mujer, a la que había hecho, ahora sí, completamente suya, suya para siempre.

_______ despertó, lentamente. Se sintió feliz, al saber que lo primero que sus ojos veían, era a Zico. Y quería que fuera así por mucho tiempo... por no decir, por el resto de los días que le quedaban de vida.

PROTÉGEME (ZICO & TÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora