Capítulo 3: Nos vemos...

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-Es... espera un momento... ¿Mi madre? ¿Matarla? Pero si...
-Eso es lo que tú crees... ¿No sabes quién la descuati-?
-Para. No necesito más detalles, voz que desconozco.- interrumpí molesta.
-Tu madre a partir de ahora va a ser un obstaculo... y muy grande.
Un sonido me alertó justo después de oír esas palabras. Algo se había roto. Seguramente por haber caído suelo, pero... ¿Quién provocó la caida? Mis ojos estaban dirigidos hacia aquel sonido. Por la oscuridad que había en aquel lugar no podía ver nada.
-Nos están observando...
-¿Nos? Solo estoy yo en este sitio.
-Pero yo soy una voz que te acompaña. Estoy dentro de tu cabeza y me hablas a partir de pensamien-
-¡Calla!
Unos pasos se podían escuchar. Unos zapatos de tacón...
-¿Ves? Nos observan.
Tragué saliva. Un sudor frío recorrió mi cuerpo.
-¿A qué le tienes miedo?
Más miedo me entró al escuchar aquella respiración. Algo se estaba acercando a mi pero... ¿El qué?
-¡Mierda, mierda, mierda!-me dije a mi misma.
Una silueta se hacía visible ante la oscuridad que invadía el lugar. Una silueta bastante alta, con un largo cabello, que le llegaba a los pies. Entre el silencio se podían escuchar unos tacones.
-Nerissa...
Me sorprendi al escuchar mi nombre... esa no era la misma voz que me jodia todo el puto rato... era otra voz muy distinta.
-Huye... los demonios van a por ti...
Mierda
-Hooooooolaaa... querida Nerissa. Hace tiempo que no te veo... ¿Donde está mi hija?
Mis pelos se pusieron de punta ante aquella voz, aquel cuerpo delgado sin vida, aquel rostro... aquel... pelo rosa destrozado...
-¿Q-Qué?- dije, con una voz temblorosa.
Esa mujer... esa cosa desaparecio como si de vienton se tratara. Miré hacia todas partes. Sentí un fuerte impulso de inclinarme hacia la derecha. Noté viento en el lado izquierdo de mi cara. Asustada miré hacia esa dirección, encontrandome con una horrorosa mano con largas uñas, negras y afiladas que podrían haberme matado. Esa maldita mano estaba rígida. Si no me hubiera inclinado hacia la derecha... esas afiladas uñas habrían atravesado mi jodida cabeza, matandome al instante. Mis labios temblaban. Mis ojos miraban a esa mano con sorpresa y miedo a la vez. Dirigí mi mirada al frente, sabiendo que me encontraría a algun monstruo o algo, pero... lo que me encontré era algo que no me esperaba. Unos ojos rojizos me miraban atentos. Ese rostro, ese pelo, esa forma de los ojos... esa mujer era...
-Sa...ku...ra... Eres... ¿eres tú?
Acarició mi cara. Podía ver sus ojos llorosos ante mi. Joder... ¿Qué le había pasado?
-Alejate de mi...- me dijo, tratando de sacar una sonrisa.
Unas lágrimas comemzaron a salir de sus apagados ojos. Era prácticamente un esqueleto andante.
-Por favor...
Sus lágrimas eran... rojas. No podía dejarla en esas condiciones. No... no podía...
-Encontraré una manera de cambiarte, yo...
-¡VETE DE AQUÍ!
Movió su brazo derecho hacia atrás con su mano aún rígida. Quería... ¿Atacarme?
-No... podré controlarme por mucho... así que, por favor... vete.
-Yo... nunca abandono a nadie.
Me clavó sus uñas en el hombro, atravesándolo, haciendo que de mi boca saliera un grito. Echó para atrás su mano con fuerza, augmentando mi dolor. Dirigí mi mano a la herida. Miré al monstruo que tenía frente a mis ojos. Tenía la cabeza inclinada, ligeramente, a la izquierda, con cierta locura en su rostro. Ella miró su mano, llena de sangre. La dirigió a su boca y la chupó.
-¡DELICIOSA! ¡DELICIOSA, DELICIOSA, DELICIOSA!
Se acercó a mi. Tenia lágrimas en sus ojos, pero eso no me importaba. Iba a morir.
-¿Sabes, deliciosa Nerissa?
No podia respirar. Estaba muy nerviosa, muy asustada. La miré a esos ojos rojos.
-¿Q-qué?-pregunté, con voz temblorosa.
-Que quiero más. Más... ¡MÁS!
Me volvió a clavar sus uñas pero, esta vez, en el estómago. De mi boca salió más y más sangre. Sakura, si así puedo llamarla, al verlo, me elevó, haciendo que esa sangre de mi boca cayera en la suya. Joder... esto está fuera de lo lógico. La escuchaba tragar. Estaba disfrutando del... "banquete*, hasta que, de repente, cerró su boca y su rostro cambió a uno más serio. Mis ojos no tenian vida, y mi piel estaba blanca. Estaba temblando, hasta que unas palabras llamaron mi atención.
-Lo siento.
Mi consciencia estaba por las nubes. Tenia claro que me iba a desmayar.
-Lo siento, de verdad...
Cerré mis ojos lentamente.
-Lo... siento.
Sakura me bajó lentamente, dejando mis pies en el suelo, aguantandome con su mano aún clavada en mi estómago. Miraba al techo, con los ojos prácticamente cerrados. Sacó su mano lentamente. Dolía. Dolía mucho.
-¡No la tortures!
Ella se paró para después sacar la mano rápidamente. Al hacerlo, caí hacia delante. Mi respiración era entrecortada. Por muy borroso que viera, podía identificar a Sakura, cayendo al suelo. Podia ver algo clavado en su espalda. Con las pocas fuerzas que tenia, miré a quien me habia salvado. No pude ver quien era, ya que me cogió y me llevó a algun lugar que no se, ya que me desmayé.

Almas PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora