Que todo el mundo se entere
Habías decidido acompañar a una entrevista a tu novio, Jack Johnson, junto a su mejor amigo y la novia de este.
—Entonces, chicos...—dijo el entrevistador—. ¿Cómo les va en el amor?
—A Gilinsky muy bien-dijo la entrevistadora—. Pero... ¿Qué hay de ti, Johnson?
—Bueno, yo estoy muy enamorado de una chica grandiosa—dijo buscándote con la mirada ya que estabas detrás de cámaras—. Ella es-suspiró—... perfecta. En todo el sentido de la palabra. No puedo estar más feliz de tenerla conmigo.
—Que lindo, pero ¿por qué lo mantenieron en secreto?
—Por ella—dijo Jack—. No quería que salga lastimada por la presión. Además ella no necesita que la relación sea pública para que sepa que la amo con todo lo que tengo en el alma.
—Estás más que enamorado, chico. Felicidades por eso—dijo el entrevistador—. Tengo entendido que ella está aquí... ¿Puede pasar? —dijo mirándome.
—No sé si quiera... No le gustan mucho las cámaras—dijo Jack pero al instante en el que finalizó la oración pudo ver como Sammy te llevaba cargada en su hombro con el propósito de que salgas en la televisión.
— ¡Samuel! —gritabas con la intención de que te baje y puedas escapar de la situación.
—De ninguna manera. Tu Romeo te espera—dijo antes de bajarte de su hombro.
Jack te recibió con los brazos abiertos e inmediatamente lo abrazaste y escondiste tu rostro e su cuello.
—Jack, me muero de vergüenza—dijiste en su cuello.
—Mi amor—dijo abrazándote más fuerte—. No tienes que sentirla.
—Tengo miedo, Jack. Todas tus fans me van a ver—dijiste apretándote más a él.
—No tienes que tener miedo, amor. Cuando estés conmigo nada te va a pasar—dijo en tu oído—. Está algo avergonzada—dijo riendo mientras te cargaba para ir detrás de cámaras.
—Voy a matar a Sammy—dijiste ya en el camerino de Jack.
—Eres tan linda—dijo Jack tomando tus mejillas—. No tenías porque avergonzarte, mi vida. Si fuera por mí... que todo el mundo se entere que estoy con la chica más maravillosa del mundo—dijo antes de besarte.
—Te quiero muchísimo, bebé—dijiste abrazándolo.
—Yo más, nena—dijo para finalizar con un tierno beso.
