Al terminar la universidad, no tenía mas que hacer que dar vueltas por toda la ciudad, visitar a mi madre y tocar guitarra. Mi nombre es Matthew Aldridge, vivo a unas calles del Big-Ben, en Londres. Mi vida era tranquila y no había nada que pudiera molestarme, siempre pasaba tiempo con mis amigos Scott Bradbury y Sebastian Collingwood para no aburrirme; además, con ellos siempre me divertía. En una de esas veces que salí a distraerme un poco con ellos, fuimos a un bar, en el cual comenzó el mejor capítulo, con diferencia, de mi vida.
Scott era muy divertido, siempre hacía estupideces y era el más chistoso de nuestro trío; Sebastian era el callado, solo hablaba cuando le parecía necesario, pero también hacía unos chistes muy divertidos; y yo era el mayor de nuestra tríada; siempre hablaba más que los otros dos y era el más simpático, pero aún así, entre los tres teníamos muchas más cualidades.
El bar tenía por nombre: "Otoño en Blues", 'curioso' pensé; pero aún así, entramos.
Nos dirigimos directo a la barra, en la cual habían muchas mujeres bonitas que me hicieron olvidar que estaba con mis amigos, en especial una cuyos ojos negros y labios pequeños fueron lo mejor que había visto en mucho tiempo, no podía parar de mirarla, era hermosa, al menos para mí. Estaba sola, pero luego de un rato, llegaron otras chicas que parecían ser sus amigas, con las cuales se dirigió a una mesa. Decidí entonces acercarme a hablarle a su mesa, pero como no sabía que decirle, dije lo primero que llegó a mi cabeza.
- Hola, te gustaría bailar?- Dije sonrojado.
Para mi suerte, sonaba un tango
Me miró un poco sorprendida
- Está bien- Dijo con una sonrisa de alivio
- Al menos no me quedaré sentada mirando a la pista como una tonta- Le dijo a sus amigas, que estaban sentadas en la mesa con una expresión de aburrimiento masivo.
La tomé con delicadeza de la cintura y empezamos a bailar, me di cuenta de que eramos los únicos en la pista cuando ya estábamos bailando.
- Bailas bien- Me dijo, sonriendo.
- Te tengo como pareja de baile, debo dar mi mejor esfuerzo- Se rió
- Como te llamas?- Pregunté.
- Amelia Gibbs, y tu?- Respondió
- Aldridge, Matthew Aldridge- Su risa me cautivó de tal manera que casi tropecé.
- Que pasó?- Me preguntó, aun riendo.
- Nada- Respondí avergonzado- ...es solo que tu belleza me deslumbra a tal punto que me hizo olvidar cómo mantenerme en pie- Dije, un poco tímido.
- gracias- dijo sonrojada y con una leve sonrisa.
Al terminar de bailar, me presentó con sus amigas, cuyos nombres eran Victoria Lebowsky y Valentine Swift, las cuales eran muy simpáticas.
Pregunté entonces si mis amigos y yo podíamos sentarnos con ellas, a lo que contestaron que sí, alegres.
Los llamé y se acercaron.- Estos son Scott y Sebastian, mis mejores amigos- Los presenté.
Las chicas se presentaron y nos invitaron a sentarnos. Luego empezamos a hablar hasta que nos avisaron que era hora de cerrar.
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Otoño en Blues
RomanceAmor hecho blues, un otoño en el cual caen tantas hojas naranja como notas musicales que marcan una melodía nostálgica