Al llegar a casa de Amelia, estaba un poco nervioso, era temprano en la mañana y hacía frío, pero el sol empezaba a iluminar los techos.
Toqué la puerta y momentos después, escuché un rumor de seguros viniendo del otro lado de la puerta.
Abrió ella, con una gran sonrisa en su hermoso rostro, y la secundé.
Tenía puesta su pijama aún y una larga bata peluda y violeta cubriéndola del frío de la mañana.
- Hola, Matthew! Cómo estás?- Me dijo abrazándome
- Buenos días- Dije, sonrojado
- Pasa, pasa- Me dijo, indicándome que la acompañara al interior de la casa.
La casa parecía antigua, tenía muchos cuadros muy viejos y las paredes estaban llenas de grietas, lo cual siempre me gustó.
Llegamos a la terraza de la casa y me invitó a sentarme en una mesa con varios asientos
- Espérame un momento- Me dijo, volviendo a entrar apresuradamente a la casa.
El lugar tenía una vista sorprendente, había un bosque de pinos al lado del edificio, y como la terraza estaba en un piso alto, sólo se podían ver las copas de los árboles, ya que el bosque parecía muy tupido.
Se acercaba el otoño y algunos árboles ya empezaban a cambiar de color.
- Volví- Dijo Amelia, sacándome repentinamente de mi nostálgica distracción.
Traía 2 platos, 2 vasos para café y una cafetera que, por como le salía humo, daba a entender que el café estaba recién hecho. Me levanté de golpe para ayudarle
- Sírvete, ya vuelvo- Dijo, entrando por segunda vez a la casa. Serví un poco del caliente café para los dos.
Esta vez volvió rápido, traía una pequeña cacerola tapada y un plato con tostadas y mantequilla.
- Listo, creo que es todo, podemos empezar a comer- Dijo, abriendo la cacerola, cuyo contenido eran los típicos, pero deliciosos huevos con tocino. Me dispuse a servir primero en el plato de ella.
- Tostadas?- Pregunté sonriendo. Ella asintió con la cabeza, sonriendo también- Comamos rápido antes que lleguen los demás, vamos a hacer una fiesta- Me dijo. Me atraganté un poco, sorprendido
- Fiesta? Tan temprano en la mañana?- Dije, descompuesto
- Claro que no, tonto!- Dijo, riéndose- Va a comenzar en la tarde, es sólo que no la voy a organizar yo sola- Dijo. Me reí
- Entonces... quién más va a venir?- Pregunté, ahora entusiasmado
- Victoria, Valentine, y tus amigos: Scott y Sebastian- Dijo
- Oh, que bien! Espera... Scott y Sebastian?- Pregunté sorprendido
- Si, mis amigas los invitaron- Dijo
- Oh, genial!- Respondí, emocionado
Seguimos comiendo en silencio, pero yo no dejaba de mirarla.
Unos pocos minutos después, sonó el timbre. Eran las amigas de Amelia junto con mis amigos.
Amelia se apresuró a abrir la puerta, ansiosa
- Hola! Cómo están?- Dijo ella, con una sonrisa que no pude dejar de mirar. Empezó a saludarlos a todos, mientras entraban uno por uno
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Otoño en Blues
RomanceAmor hecho blues, un otoño en el cual caen tantas hojas naranja como notas musicales que marcan una melodía nostálgica