Yo soy Alejandra tengo 16 años, soy de baja estatura, tengo ojos café claros, tengo cabello largo, negro y lacio.
Una mañana decidi ir de nuevo a mi clase de artes, ya que hace un buen tiempo no había vuelto porque estuve algo enferma.
Entré al salón muy animada y salude con una sonrisa a mi profesora y compañeros, todos me recibieron muy alegres se pararon de sus asientos y me dieron una calidad bienvenida, pero no negaré que me llamó la atención un joven que no había visto antes.Era alto, con cabello castaño y algo despeinado, sus ojos éran caféses y tenía una linda sonrisa.
Cuando empezó la clase me senté a su lado, por casualidad el único lugar disponible que había era ese, yo me senté y le sonreí, el me devolvió el gesto y empezamos a pintar aquella escultura que estaba al frente de los dos, no negaré que todo el tiempo que estuve a su lado me puse algo nerviosa y mi corazón se aceleró, para calmarme termine lo más rápido que pude, salí a tomar aire y cuando entré le miré un buen rato sin que el se diera cuenta ya que decidi quedarme un rato en la entrada del salón.
Mirar su rostro mientras pintaba, me traía mucha tranquilidad, me transmitía calidez; cuando él acabo su pintura, me senté a su lado de nuevo y pasó algo inesperado para mí..
Èl me cogió la muñeca de mi brazo derecho y la besó, me dijo que su nombre era Fe-li-pe, mientras esas sílabas salían de su boca, yo me sonroje y le dije mi nombre, estrechamos las manos y empezamos a platicar, me pidió mi número de celular, se lo di y él inmediatamente me dio su número, cuando acabó la clase nos despedimos de beso en la mejilla y con una sonrisa, yo salí muy entusiasmada, llegué a mi casa y a mis padres se les hizo normal verme tan felíz, ya que soy una chica muy alegre...
Pasarón tres días..
Volví al curso ya que sólo tenía clase los días Miércoles y sábados.
Entré al salón, salude muy alegre, y fui directamente donde él, cuando me hice al frente suyo, me miró, inmediatamente sentí que mi corazón palpitaba rápidamente sin parar; ambos sonreímos y empezamos a platicar, después de pintar una canasta de frutas y hacerle sus detalles fascinantes. Decidí preguntarle:
¿Quieres qué nos conozcamos más?
Èl con esos hermosos ojos mira los míos y me dice:
¡Tengamos una cita!
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El corazón de una chica
RandomAlejandra sabrá que él chico que removió gran parte de su vida tal vez no será más de lo que quiere o tal vez si?