El corazón de una chica

Graduación

Por fin!
Hoy es el día de nuestra graduación, observó a toda mi familia contenta y en este mes y medio creo que he aceptado el hecho de que Felipe ya salió de mi vida o eso es lo que pienso.

Creo que he llorado mucho sobre los hombros de Fabián, pero él siempre ha estado allí pendiente de mi.

Escucho un gran aplauso y tiro el gorrito que llevo en la cabeza, es tan fabuloso sentir que ya he dado un gran paso, pronto iré a la universidad.

Cuando acaba decido ir al baño y ahí, justo en ese instante me encuentro con Felipe, el cual me sonríe y me abraza sin que yo lo espere.

Ahí estas Aleja, te extrañado mucho, lo sabes ¿verdad?-Dice emocionado y yo sólo asiento mientras siento que me desmorono como siempre ante su tacto.
Joder!, Joder!, repito muchas veces en mi cabeza.

El aspira por sus fosas nasales el olor de mi cabello y besa mi frente.

Pone nuestras frentes juntas.

Te deseo lo mejor, pero espera si?
Después de casarme haré lo posible por dejar a Jessica, a quien amo es ti, este tiempo alejado de tu lado a roto lo que aún quedaba sano en mi, Te amo no te imaginas cuánto-Me envuelve en sus fuertes brazos y yo empiezo a sollozar.

Él me mira, seca unas de mis cuantas lágrimas y une nuestros labios en un tierno beso, ese beso que revive mucho de lo que siento por él, no entiendo por qué no le he podido olvidar, no entiendo el motivo del porque lo amo sabiendo que nuestro amor es imposible, de su boda depende su futuro.

Separa nuestros labios y sonríe como si hubiera ganado el premio gordo, vuelve y me abraza y me repite en mi oído cuan importante soy para él.

No, no, no, no, no, no-Digo mientras lo alejo de mi.

No puedo mas con esto por Dios, soy una masoquita-Grito exasperada.

No me ves?-Le pregunto muy furiosa.

Siempre a la espera de lo que me puedas brindar, ya no quiero sufrir más por un amor innecesario, sabes que soy muy joven par martillar mi pecho con tu presencia, con tu nombre, con todo tú-Digo pegándole en su pecho y hecha un mar de lágrimas.

Él me mira con ojos tristes y me consuela en su pecho, creo que la verdad duele, duele más que cualquier cosa.

Alejandra, amor, no digas más-Él me dice eso y en ese instante le empujo y decido correr muy lejos de él, tan lejos que me choco con algo y en ese instante pierdo la
consciencia y ahí, mis sentimientos hacia Felipe se van, se van junto con una parte de mí.