Capitulo 5

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Mi madre me había conducido de nuevo hacia mi habitación, la misma en la que había despertado. No me había dado cuenta de su tamaño hasta que volví a entrar en ella. Era, prácticamente, mi cuarto del orfanato multiplicado por cuatro. No hablamos en todo el camino. No tenía ganas de hablar, ya que todo lo que ella me había dicho me había golpeado fuerte. Según ella, yo tenía la magia antigua, podía controlar un elemento, en mi caso, el hielo. Pertenecía al Reino de las Nieves, en el Jardín del Edén. Era la hija de su Reina, la Princesa. Me repetí eso una y otra vez para asegurarme de creer, pero, por más que lo intentara, mi mente mundana no podía procesar esa información.

Yo siempre había creído que era una persona ordinaria, pero hoy no me sentía tan típica. Sentía la leve adrenalina de estar en un mundo desconocido. La sensación de ser tan... diferente de lo normal.

Me deslicé hacia la cama de sábanas blancas y me arrojé sobre el lecho. Cerré los ojos y alcé mi mano con la palma abierta, y sentí como la magia explotaba por salir de mi. Luego los abrí. Los copos de nieve que volaban desde mis dedos hasta el cielo raso, se arremolinaban de forma descontrolada en su trayecto, causando una ventisca helada que pronto inundó la habitación. La nieve paseaba rápida y sin piedad por la blanca recámara. Y, luego del caos, todo se quedó estático. Los nieve dejó de revolotear, y la ventisca desapareció. Las preguntas que tenia en mi cabeza se esfumaron.
Esto era real

Mi Helado CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora