LA CORTE VAMPIRA.

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 4.

Narra Lissa.

Había salido de una reunión tan, pero tan aburrida que no comprendo como pude mantenerme despierta, y lo peor de todo es que el día recién comenzaba y aun quedaban muchas cosas por hacer. . .

_ ¿Tengo alguna otra reunión? _Le pregunté a nadie en especial, me lo habían recordado todo esta mañana pero luego de esa tediosa reunión ya no lo recordaba.

_En veinte minutos tiene una reunión con Ariana Szelsky su majestad _Me informo una conocida voz.

Me voltee para poder ver a la persona que me había dicho lo de la reunión, y efectivamente frente a mí se encontraba nada mas, ni nada menos que Rose Hathaway.

_ ¡Rose! _Grite y la abrace con todas mis fuerzas y comencé a saltar de la felicidad _Te extrañe.

_Pero si nos vimos esta mañana _Dijo ella con diversión mientras me abrazaba.

_Sabes a lo que me refiero...

_En realidad no, ya no leo tu mente.

Eso era verdad, Rose ya no podía leer mi mente, ni mis sentimientos, pero yo sabia que ella me conocía mejor que nadie en este mundo y también sabia que ella entendía perfectamente a lo que me refería y aun así quería escuchármelo decir.

_Te necesitaba a mi lado... _Como amiga había estado siempre, así que aclare _como mi guardiana.

_Siempre me tendrá su majestad _Me dedico una sonrisa y pude ver como se ponía en plan profesional _Debe preparase para su reunión.

_Claro guardiana Hathaway... _Le conteste, recuperando yo también mi lugar de reina.

Debíamos recobrar la compostura, ya que no estábamos solas en la habitación.

No podía describir las emociones que me llenaban, la alergia, la felicidad y el inmenso alivio de saber que Rose estaría conmigo en esta locura en la que nos habíamos metido, en la que ELLA mejor dicho, me había metido. Pero por sobre todas las cosas, sentía alivio, un inmenso alivio al saber que podía contar con que ella estaría conmigo para protegerme, y no me refiero solo a los Strigois, si no también a los Morois con los que me reunía diariamente.

Era horrible saber que los de tú propia clase querían hacerte daño. . .

Yo podía tener aun millón de guardianes, pero ninguno de ellos podría suplantar la seguridad que Rose me brindaba.

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_Su majestad _Dijo Ariana y me brindo una reverencia.

Me encontraba nuevamente en la sala de juntas, pero esta vez podía decir que me agradaba mi compañía, Ariana era la representante de la familia Szelsky, en el concejo real integrado por las doce familias. Yo consideraba a Ariana como alguien de mi confianza y sabia que contaba con su incondicional apoyo.

_ ¿Como estas Ariana? _Le pregunto amablemente mientras tomo asiento en mi sillón a la cabecera de la mesa _Toma asiento por favor.

Ella tomó asiento con un elegante movimiento y luego me miró, en sus ojos brillaba la curiosidad.

_Me imagino que quieres saber los motivos por los cuáles te cité hoy _Comienzo con toda la diplomacia posible.

_Efectivamente su majestad _Me contesto ella con la misma diplomacia.

_Necesitó tu ayuda _Decido ir directo al grano _Quiero asistir a la universidad y necesitó una persona de confianza aquí, que se ocupe de comunicarme todo lo que ocurra y también que haga conocer mis decisiones en mi ausencia.