Libro 1: Errores - Capítulo 3: La Maestra del Templo

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«Fuego, Agua, Aire, Tierra...Después de la paz y el equilibrio creados por los últimos Avatares, la injusticia vuelve a crecer en el mundo, y, tras la desaparición del Avatar Korra, todo ha caído en el caos nuevamente. Ahora, tras 34 años de completo sufrimiento, un nuevo Avatar ha nacido, y sé con toda seguridad que se verá destinado a salvarnos y a ayudarnos.»

«Su cuerpo se movía libremente por el amplio espacio, mientras aún permanecía con los ojos cerrados. Cuando los abrió, pensó que se hallaba en el espacio exterior o algo así, pero cambió de idea al verse de pronto en un amplio campo de tierra. De pronto, un montón de imágenes rápidas comenzaron a pasar delante de sí, dejando de ser el protagonista del momento. Una mujer, de pelo castaño y no muy mayor, estaba de pie frente a un hombre vestido de rojo. La mujer empezó a hablarle, pero, como si de un cine mudo se tratase, Siro sólo podía ver sus labios moverse. Cambio de escena. Una lluvia de meteoritos se ve caer del cielo, golpeando y destrozando todo lo que se encuentra a su paso. Vuelve a cambiar la escena. Ahora se veía todo un ejército cubriendo toda una costa. Vuelve a cambiar. Esta vez, la mujer está gritando, como pidiendo ayuda a alguien mientras unas rocas la aprisionan, y entonces los ojos le brillaron. Del resplandor, una extraña figura con diversas líneas celestes apareció, una figura que aportaba seguridad, protección.

"Despierta" Le decía.

"Siro, despierta..."»

Después de todo lo que Siro había pasado, seguía sin saber dónde estaba mientras el agradable aire le golpeaba el rostro suavemente. Cuando se dio cuenta de que se había vuelto a desmayar, tuvo la oportunidad de ver algo; unas líneas negras que tenía pegadas a la cara, aunque no tardó mucho en darse cuenta de era su flequillo. Se incorporó despacio, para intentar bajarse del extraño vehículo que lo transportaba, cuando se asustó enormemente al ver que se hallaba a unos 13 metros volando sobre un extenso mar de nubes. Se tiró hacia atrás de espaldas sosteniéndose con los brazos e hiperventilando. Siro nunca había viajado en avión, y mucho menos en un búfalo gigante.

Aquella vez no había sido como la otra, no se había desmayado, se había dormido, por que se empezó a acordar de lo que había pasado. Recordaba a aquel extraño animal destrozando la pared del hospital,un hombre enmascarado, y un rápido movimiento que lo inmovilizó al instante. Se llevó una mano a la cabeza. Todo aquello le empezó a dar dolor de cabeza. A pesar de estar asustado, reconoció que la sensación era genial, el animal se movía como si la gravedad no significase nada para él, como si viniese del mundo de la fantasía.

Se alertó al acordarse del sujeto enmascarado, y rápidamente se volvió para buscar a su secuestrador. Efectivamente, allí estaba, de espaldas y mirando al horizonte, tomando unas cuerdas de cuero que servían como riendas. Sabiendo incluso que la última vez que intentó hablarle no le salió muy bien, le preguntó:

- Oye, ¿Quién eres? ¿Por qué me has secuestrado?- el hombre no contestó.

- Te estoy hablando, ¿Sabes?- dijo Siro enfadado.

- Bájame de este...monstruo - se quejó.

- Otto-dijo por fin

- ¿Qué?

- Que se llama Otto, y no es un monstruo, es un bisonte volador...- le explicó.

Siro se mantuvo callado, no se esperaba que le hablase así. A pesar de su dura apariencia, su voz sonaba como la de una persona totalmente normal, como si esa imagen de villano sólo le sirviera de coraza. Aunque eso no explicaba por que demonios el niño estaba volando sobre un bisonte, si se suponía que los bisontes no volaban. Así que pensó que quizás era sólo una forma de llamarlo.

Avatar: La Leyenda de SiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora